Tragedia en Turquía

ANKARA (DPA)- Treinta y siete personas murieron y varias decenas resultaron heridas por el descarrilamiento de un tren de alta velocidad que viajaba ayer de Estambul a Ankara, informaron fuentes oficiales. El accidente tuvo lugar a las 19:45, cerca de la ciudad de Sakarya, Anatolia, unos 125 kilómetros al este de Estambul, por causas aún no aclaradas oficialmente.

En el transcurso de las tareas de socorro, el Ministerio de Salud había dado cuenta de 139 muertos, pero posteriormente, en la madrugada del viernes, emitió un comunicado en el que dijo que el accidente dejó 37 muertos y decenas de heridos.

Según Muammer Turker, quien preside un comité de crisis del Ministerio de Transporte conformado poco después del hecho, 234 pasajeros y nueve miembros de la tripulación se encontraban en el tren expreso accidentado.

«Aún no es posible especificar los motivos por los que ocurrió el accidente», dijo Turker a la prensa, tras indicar que la formación ferroviaria viajaba a 183 kilómetros por hora cuando ocurrió el descarrilamiento.

Cuatro vagones volcaron como consecuencia del accidente y numerosos pasajeros quedaron atrapados debajo de los mismos. De todas formas, no queda claro cómo pudo existir tal diferencia en la cantidad de víctimas.

El tren accidentado fue puesto en servicio el 4 de junio, en el marco de la inauguración de una nueva vía férrea que el gobierno presentó como un importante avance en el transporte local.

Sin embargo, la nueva línea había atraído las críticas de varios expertos que anticiparon que había una alta posibilidad de descarrilamiento y que era sólo cuestión de tiempo hasta que se registrara algún siniestro. En un artículo publicado hace sólo dos semanas por el periódico turco «Hurriyet», un profesor de ingeniería había advertido que esta línea ferroviaria era extremadamente peligrosa.

«Los rieles se quebrarán debido a la alta velocidad, (…) y si éstos no son reparados habrá un accidente», vaticinó el profesor Aydin Erel, de la Universidad Yildiz de Estambul.