«Tranquilos, que presidente no quiero ser…»
En La Angostura disfruta de unos días de descanso.
VILLA LA ANGOSTURA.- El número cinco lo lleva ahora en un anillo. Durante quince años Antonio Ubaldo Rattín lo transpiró en la espalda como una de las máximas estrellas de un memorable Boca en la década del sesenta. Fue él, quien como parte de la selección nacional en los cuartos de final del Mundial de 1966, enojado por su expulsión, se sentó en la alfombra de la reina Isabel II, en Wembley. Una ofensa que los ingleses castigaron con un apelativo que perduró: «animals».
Hoy, canoso y tan alto y atlético como en el recuerdo, descansa unos días en Villa La Angostura, antes de retomar sus labores como diputado nacional del partido de Luis Patti en el Congreso. Alojado en una de las hosterías más céntricas, dialogó con «Río Negro».
– No es la primera vez que está en La Angostura, ¿no?
– No, hace como 20 años que vine. Todo lo que cambió es muy bueno para el bien del turismo internacional. Me preocupan esos treinta y cinco kilómetros que están sin asfaltar de la ruta de los Siete Lagos. Tengo entendido porque leí declaraciones de Roque Jalil que ya está todo programado para asfaltarlo. Estuve también en Puerto Montt y me pareció la parte de Chile hermosa… marcada, asfaltada. Cuando vos entrás en otro país te das cuenta que no es la Argentina, donde está todo sin terminar, pero esperemos que de una vez por todas comprendamos que el turismo es algo importante.
– ¿Cómo político, sigue vinculado a lo deportivo en la labor legislativa?
– Siempre, solamente que cambié algunas cositas… Antes, cuando compraba un diario buscaba la parte deportiva primero y después repasaba las otras cosas. Ahora es al revés (…) Empecé a trabajar en política y en cinco años llegué a ser diputado de la Nación. Cuando era chico quería jugar en la primera de Boca y jugué quince años. Para tranquilidad de la gente, le adelanto que presidente no quiero ser.
– ¿Sigue siendo uno de los ídolos de Boca?
– Lo que pasa es que uno perdura en el recuerdo.
– ¿De aquellas anécdotas que dieron la vuelta al mundo, con Wembley y todas esas historias hasta el presente, siguen siendo los momentos que más recuerda de su vida profesional?
– No… en ese momento yo tenía 28 años. Creo que lo mejor de mi vida fue el haber jugado en la primera de Boca, haber debutado un 9 de setiembre del '56 ganándole a River, por 2 a 1. Jugué 27 clásicos en mi campañ cuando los certámenes eran distintos a los de ahora. Gané 12, empaté 10 y perdí 5. La gente me respeta y me pide autógrafos, no solamente el de Boca, sino el de River, Independiente, Racing… Yo, en la campaña política, firmé cinco o seis camisetas de River porque iban a votarnos a nosotros y yo buscaba en la banda del color rojo para que no resalte mucho la firma y ellos me pedían 'no, en lo blanco, en lo blanco'. Creo que eso es el recuerdo de l gente.
– ¿Ese anillo es un recuerdo de aquellos tiempos?
– Este anillo… hace poco fui asaltado, me pusieron una 9 milímetros en la cabeza, me sacaron el reloj, el anillo con más brillantitos que éste, con un número 5, que me había regalado un amigo. Me lo llevó el «chorro» y luego otro amigo me hizo una réplica más o menos parecida y es el que estoy usando, con el número 5.
– El cariño de la gente, que ahora lo vuelve a encontrar como político, ¿sigue igual?
– Hay mucha gente que me saluda y me pregunta 'Rata, qué estás haciendo ahora', y no saben que soy diputado de la Nación. Entonces creo que me ubico en la época de crisis porque yo llego a la Legislatura nacional en diciembre de 2001, cuando se va Cavallo… el corralito, el corralón, los cinco presidentes que los votamos nosotros. Yo los elegí a los cinco presidentes que tuvimos en diez días. Así que estuve en ese barullo… cruzaba desde el anexo hacia el Congreso y alguno que otro me decía 'Rata, tratá esto… tratá los préstamos hipotecarios, hacé algo por nosotros', pero ninguno faltándome el respeto ni yo dejé de ir a comer, a almorzar o a cenar a ningún lado. No había peligro de cacerolazos ni de que la gente me ofendiera, al contrario. Siempre digo que yo me animé a meterme en la política y sería importante y lindo que se animaran muchos porque cuando se habla de política siempre se habla mal… Creo que llegó el momento de tratar de meternos en la política pero hay tres formas de usar la política. Una, si uno viene a vivir de la política; otra, si uno quiere hacer negocio con la política, y la restante, si uno viene a trabajar para el pueblo a través de la política. Mi caso es el tercero. No vine a hacer negocio, estoy terminando mi mandato, mis dos años y luego ya retirarme con casi 69 años, pero fui diputado de la Nación y para mí es un orgullo mi diploma, porque no somos muchos ex futbolistas, no así deportistas, porque están Scioli y Reutemann, pero en el fútbol creo que soy el único que fue diputado de la Nación y eso también es un orgullo.
Mónica Jofré
Entre Sobisch, Patti y el PJ
Antonio Rattín afirmó que «Luis Patti es amigo del gobernador Jorge Sobisch. Sí, los dos soy muy de centro, no digamos centro derecha o centro izquierda porque si no nos vamos a los extremos; y están unidos entre ellos. El Movimiento Popular Neuquino tiene cuatro diputados, nosotros también, así que somos ocho en el Congreso. No se puede hacer mucho porque -a veces le digo a los periodistas y se ríen- el PJ en el Congreso es Boca Juniors, Ríver son los radicales y a mí me tocó jugar en Lanús, en Olimpo o en Arsenal, un equipo chiquito, entonces cuatro diputados u ocho no pueden hacer mucho contra 135.
– Usted sabe que el gobernador Sobisch se proyecta para una futura candidatura presidencial, ¿el partido suyo lo apoyaría?
– Sí, en este momento con Patti los dos están en contacto continuamente… pero pensemos que es política (sonríe). Acá, hoy tenés una camiseta, mañana otra, se transfieren, se van, se pasan de un bando a otro… bueno yo nací con Patti, él me invitó a trabajar en política en el año 98 y tuve posibilidades del PJ que me proponía la intendencia de Tigre en lugar de un partido chico y yo les dije que no. Empecé con Patti, sigo con Patti y espero terminar con Patti.
VILLA LA ANGOSTURA.- El número cinco lo lleva ahora en un anillo. Durante quince años Antonio Ubaldo Rattín lo transpiró en la espalda como una de las máximas estrellas de un memorable Boca en la década del sesenta. Fue él, quien como parte de la selección nacional en los cuartos de final del Mundial de 1966, enojado por su expulsión, se sentó en la alfombra de la reina Isabel II, en Wembley. Una ofensa que los ingleses castigaron con un apelativo que perduró: "animals".
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