Transportes, docentes y estatales le dieron fuerza a las protestas

El transporte, los docentes y en algunas provincias los estatales, fueron quienes se plegaron a la huelga convocada por los sectores encabezados por el camionero Moyano y el estatal De Gennaro. Hubo numerosos actos de intimidación y una veintena de detenidos. Gremialistas dijeron que el acatamiento llegó al 90%.

El quinto paro de actividades dispuesto por los gremialistas disidentes en los 18 meses de gobierno de Fernando de la Rúa tuvo fuerza en el transporte, la educación y las oficinas públicas, especialmente de Buenos Aires y el conurbano. En la región, el paro se sintió en Neuquén, Bariloche y Viedma, mientras que en el resto pasó prácticamente inadvertido. La medida de fuerza se vio «reforzada» por grupos de activistas que arrojaron clavos miguelitos en vías de acceso muy transitadas de Buenos Aires o directamente formaron piquetes cortando las rutas y realizaron acciones de amedrentamiento contra ómnibus de los servicios urbanos de pasajeros.

El jefe del Movimiento de Trabajadores Argentinos, el camionero Hugo Moyano, dijo que la medida fue «superior al 90 %» y se constituyó «en una expresión muy contundente de rechazo categórico al modelo económico que hambrea a los argentinos».

Desde el gobierno, el presidente De la Rúa y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, coincidieron en calificar como «absurdo» al paro, al que contrapu-sieron a los programas de com- petitividad y concertación impulsados por el gobierno para reactivar la economía.

En un mensaje difundido por televisión, De la Rúa dijo que «las pérdidas que estos paros originan las pagamos todos a partir del lunes» y sostuvo que parar el país constituye un «vicio que tiene un sector del sindicalismo».

«¿Cuál es el sentido de instrumentar un mecanismo de permanentes huelgas, cuando el gobierno está gestando un acuerdo de unidad nacional para que todos los sectores resolvamos los problemas que detienen la marcha?», se preguntó De la Rúa.

Moyano consideró que el paro fue «una nueva expresión de los trabajadores, muy contundente, en rechazo a un modelo económico que padecen todos los argentinos y esperamos que el gobierno tenga en cuenta los re- clamos de la gente».

El dirigente camionero no cerró las puertas del diálogo con el gobierno nacional. «Hace 72 horas nos reunimos con el vicejefe de Gabinete, Armando Caro Figueroa, quien nos manifestó que después del paro querían hablar con nosotros, en especial el ministro de Economía, Domingo Cavallo», aseguró.

La paralización de los servicios de ómnibus de corta, media y larga distancia definió en gran medida las características de la jornada desde primera hora.

En Mar del Plata fueron atacadas 15 unidades del transporte urbano y en Mendoza fue lanzada una bomba molotov contra un edificio de la empresa Telefónica, acción que no causó heridos, según el informe policial.

En Tucumán, el paro tuvo una parcial adhesión con las escuelas cerradas a raíz de la adhesión de los maestros y en el interior los desocupados cortaron rutas.

En el litoral, el corte del puente que une el Chaco y Corrientes, la ausencia total de docentes en las aulas y el fuerte paro del transporte de corta, media y larga distancia fueron los datos salientes tanto en Resistencia como en Corrientes.

En Jujuy, una manifestación de estatales y privados cortó dos calles y puentes.

En San Juan, los gremios de la CGT de los Trabajadores y estatales tuvieron mediano éxito en su convocatoria al paro y la ciu-dad lució su apariencia habitual.

En Córdoba, al adherirse la UTA, el servicio urbano de colectivos fue nulo, en tanto trabajaron intensamente taxis y remises. En el área céntrica la actividad comercial fue casi normal.

En Santa Fe el paro tuvo alta adhesión gracias a su incidencia en el transporte y el sector docente, al tiempo que un grupo de trabajadores protestó frente a entidades bancarias y la sede de Aerolíneas Argentinas.

La falta de transporte también marcó la jornada de protesta en Entre Ríos, donde hubo adhesión alta de los docentes.

En Catamarca, el paro logró elevada adhesión de los docentes y en el transporte.

En La Pampa las actividades bancarias, comerciales y la de establecimientos educativos se desarrollaban normalmente y sólo ómnibus de larga distancia, «minibuses» y los recolectores de residuos adhirieron al paro.

En Rosario, la ausencia de colectivos en las calles, la adhesión de los maestros y el cierre de los comercios daban una imagen de ciudad paralizada.

El paro tuvo gran adhesión en La Rioja, conmocionada y mu-cho más atenta a la suerte del ex presidente Carlos Menem. Los gremios locales protestaron en particular contra la decisión del gobierno provincial de emitir bonos para pagar parte de los salarios de los estatales.

(DyN/Télam/AR)


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