Tras 43 días de dramático secuestro, liberaron a Pablo Belluscio

Al joven le amputaron parte de un dedo para usarla como prueba de vida.

Pablo Belluscio, el joven estudiante que estuvo secuestrado durante 43 días, en un caso que conmovió a la sociedad luego de que sus captores le seccionaran dos falanges de un dedo como prueba de vida, fue finalmente liberado ayer a la madrugada, después de que su familia pagara un rescate. Inmediatamente después de conocida su liberación, siete personas terminaron detenidas por el hecho.

«Pablo está vivo, no está del todo bien» y ahora quedó internado para recuperar, en la intimidad, la tranquilidad que necesita, advirtió su familia en un comunicado, en el que agradeció al pueblo argentino y los medios de prensa por su «gratitud» y «solidaridad».

Una carta pública escrita por Gustavo Belluscio, padre del chico, conmovió a la sociedad: allí la familia pedía ayuda ante la indignación de tener que pagar un rescate a los verdugos de su hijo, en el marco de la inseguridad que vive el país. La misiva generó conmoción en la opinión pública y fuerte tensión política, que llevó a que se hiciera un «cacerolazo» el último viernes en reclamo de soluciones a este problema.

Desde el gobierno nacional se cuestionó con fuerza al gobernador Felipe Solá, y se le exigió que actúe con fuerza contra los policías de la Bonaerense que participan de bandas delictivas dedicadas a los secuestros. Tanto el presidente Néstor Kirchner como el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, encabezaron la ofensiva, que provocó enfrentamiento en el propio gabinete nacional, ya que el ala duhaldista salió a defender al ex presidente de la Nación.

Ayer hubo un nuevo gesto de distención en la relación gobierno nacional-gobierno bonaerense con una reunión entre el mandatario nacional y Solá.

Sorpresivamente, ayer cerca de las 2 de la madrugada, un familiar del chico abordó un tren de la línea Belgrano Sur, cargando un bolso con la plata, que arrojó por una ventanilla cuando el convoy estaba en movimiento, poco antes de llegar a la estación de Isidro Casanova.

A las 4.30 Pablo fue abandonado cerca a una remisería ubicada sobre la ruta 27, a la al

tura del número 6385, en el barrio «La Ñata» de Garín, partido de Escobar, desde donde llamó a su familia. Y diez minutos después policías bonaerenses llegaron a buscarlo. Inmediatamente después de la liberación, la Policía realizó 16 allanamientos en distintos puntos del conurbano bonaerense en los que arrestó a cinco hombres y dos mujeres que estarían directamente ligados al caso. En los operativos se secuestraron importantes elementos para demostrar esa vinculación, aunque -por el momento- no apareció el dinero del rescate, cuyo monto no fue confirmado pero rondaría los 100 mil pesos, según trascendió.

Los investigadores sostuvieron que la banda «está semidesbaratada», pero prefirieron mantener reserva sobre los detalles del operativo para poder llegar a detener al resto de los delincuentes que participó en el secuestro. Según trascendió, habría tres prófugos, uno de los cuales sería el ideólogo del secuestro de Belluscio. Tanto desde la Policía Bonaerense como desde el Gobierno provincial se subrayó que «por ahora» no hay miembros de fuerzas de seguridad involucrados en el caso.

Sin embargo, el Gobierno nacional encontró sugestivo que el secuestro de Belluscio se haya resuelto justo después de las palabras del presidente Néstor Kirchner. El viernes pasado, el jefe de Estado había instado al gobernador Felipe Solá a «ejercer la autoridad con muchísima fuerza» para depurar las filas de la Bonaerense porque «en la mayoría de los secuestros se ha encontrado personal policial y muchas veces personal de la Bonaerense».

«Hay que llegar hasta el fondo (en la investigación) y averiguar si hay conexiones (con policías) realmente en este caso. Nosotros entendemos que puede haberlas, no creemos que fue una causalidad que el Presidente haya planteado lo que planteó y que se hayan empezado a resolver en forma inmediata» los secuestros extorsivos, advirtió sin medias tintas el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

La pesadilla de Pablo Belluscio, un joven de 25 años que estudiaba Biología en la Universidad de Buenos Aires, comenzó el 22 de setiembre pasado, en la localidad de Villa Martelli, partido de Vicente López, cuando salía de un club y fue capturado por un grupo comando integrado por unos ocho hombres armados con fusiles FAL.

En medio de las negociaciones los secuestradores dieron una macabra prueba de vida: la familia reveló que le enviaron un video donde se veía que le habían cortado a la víctima dos falanges del dedo índice de la mano derecha, tal como había ocurrido en dos casos de secuestros anteriores (los de Federico Strajman y Mirta Fernández). (DyN/Télam)

Notas asociadas: «Pablo está vivo, no está del todo bien» En la banda habría un médico Kirchner instó a purificar las fuerzas policiales  

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