Tras el sello final al canje de deuda

El Ministerio de Economía apura el megacanje de títulos de deuda con el que espera aliviar el peso de los vencimientos de corto plazo y cambiar el humor de los mercados, que se expresarán en la colocación de Letras del Tesoro (Letes) que se realizará mañana.

Si bien el gobierno confirmó que habrá megacanje para títulos con vencimientos dentro de los próximos 4 años, resta aún acordar el monto de los mismos, los costos y los plazos en los que llevará a cabo la operación.

Por tal motivo, los integrantes de la cartera económica mantendrán reuniones esta semana con los técnicos de los bancos BBVA-Banco Francés, Galicia, BSCH Santander Central Hispano, HSBC, JP Morgan, Credit Suisse First Boston y Salomon Smithh Barney, con quienes el Gobierno alcanzó un «principio de acuerdo» para canjear los títulos públicos.

Según explicó el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, esta medida busca «ofrecer a los tenedores de deuda de la República una opción de canje en las condiciones de mercado por otros instrumentos que signifiquen el alivio en las necesidades financieras del país».

En los últimos días, en un intento por calmar el ánimo de los mercados ante los rumores de cesación de pagos, el Ministerio de Economía recibió algunas ofertas y realizó algunas sugerencias relacionadas a las alternativas de canje, que comenzaron a conocerse el sábado. Fuentes de la cartera indicaron que se trabaja con asesores legales para «preparar la documentación» indispensable para lanzar la operación, que rondaría los 20.000 millones de pesos.

Los informantes indicaron, además, que los nuevos bonos que se emitirán a cambio de la compra de títulos con vencimiento entre este año y el 2006 no tendrán garantía del Banco Mundial como plantearon algunos inversores.

Ante esta realidad, se baraja la posibilidad de que el respaldo llegue desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o que la recaudación fiscal sea utilizada como colchón para el pago de los títulos públicos.

Esto último significaría que los bonos tendrían prioridad de cobro por encima del pago de otra obligaciones de la Nación como los sueldos y jubilaciones. De sellarse el acuerdo, el Gobierno deberá reformular el programa de endeudamiento para este año, con el cual se aspira a despejar los temores de los inversores sobre la posibilidad de que la Argentina caiga en cesación de pago de la deuda.

El programa, que fue anunciado el viernes último por Domingo Cavallo, prevé un monto total de 22.167 millones de dólares y se apoya sobre en un ajustado cronograma de licitación de Letes.

El anuncio sobre el principio de acuerdo en el canje de la deuda llegó el sábado de manera sorpresiva, ya que desde el Palacio de Hacienda se estimaba deberían esperarse «algunas semanas» para obtener alguna definición. (DyN e Infosic)

Confían en baja del riesgo país

El nuevo ajuste fiscal, el acuerdo con el FMI, la flexibilización del programa financiero y el inminente megaencaje de la deuda crearían un ambiente económico propicio para que el riego país retorne a los niveles previstos a la crisis de marzo, según un informe de la Fundación Capital.

«Con paraguas externo, un nuevo programa financiero creíble y más flexible en el mercado local y una mejora en el perfil de vencimiento, tendríamos un fuerte impulso para descomprimir el riesgo», agregó la entidad.

En el trabajo se subrayó la importancia de que se sume a estos factores el restablecimiento de la caja del sector público, mediante una «mejora sustancial» de la recaudación de mayo.

Señaló, además, que la licitación de letes servirá para medir la reacción de los mercados.

«Las últimas medidas instrumentadas han tenido un fin exclusivamente preventivo», indicó el documento.

Sin embargo, advirtió que con la convertibilidad, la flexibilidad monetaria «es estrecha», ya que el decreto que promueve la reforma en la Carta Orgánica del Banco Central -aún no reglamentado- contiene algunas medias que «de no ser adoptadas con gran responsabilidad y cautela» podrían entrar en conflicto.

Alertan por fuerte caída de ventas

Desde el sector del comercio se alerta sobre la incertidumbre que persiste entre los consumidores frente al alcance de las medidas económicas del gobierno, y no se esconde el malestar por la nueva caída promedio de un 20% en las ventas registradas en abril.

La merma en la actividad en el área comercial fue expuesta por un informe difundido ayer por la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME), donde se exhibe una disminución del 37% en las ventas de autos cero kilómetro y de un 34% en inmuebles.

«La incertidumbre en los consumidores se genera a partir de que todos los días se producen nuevos costos. Esto hace que la gente este asustada y no se lance a comprar», explicó Vicente Lourenzo, secretario de la Cámara de Comerciantes Mayoristas.

El dirigente mercantil sostuvo que la caída en las ventas durante el cuarto mes del 2001 fue en promedio de «entre un 20 y 25%». Sostuvo que si bien el arribo del nuevo equipo económico «hizo que en abril la actividad arrancara con expectativas, luego con las medidas económicas dispuestas hizo que finalmente se obtuvieran los resultados que tenemos a la vista».

La CAME sostuvo en su informe que entre las principales bajas en ventas se ubican las de los rubros Neumáticos (-33%), Muebles y Materiales eléctricos (-31), Alfombras y revestimientos (-28), Flores (-25), Bijouterie y Juguetería (-21), Calzado (-19) y Materiales para la Construcción (-18%).

Para la CAME, pese a los problemas que presenta el comercio, la cadena de pagos no está rota, aunque sí se observan decisiones en el área mercantil de diferir el pago de los compromisos.


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