Trasladaron 25 internos a la cárcel de Senillosa

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Entre el martes y ayer el Servicio Penitenciario trasladó a los primeros 25 internos a la Unidad Penitenciaria de Senillosa, poniéndola así finalmente en funcionamiento. Los reclusos firmaron un consentimiento dado que el nuevo complejo no cuenta con la oferta educativa que se brinda en los demás penales.

Sin acto protocolar y en silencio, la cárcel de Senillosa comenzó a funcionar el martes por la tarde con la derivación de 18 reclusos, a los que ayer se sumaron siete.

Se prevé que en los próximos días alcancen a 40 internos, que fueron previamente seleccionados por su buena conducta.

Estos internos, que estaban hasta el lunes alojados en las Unidades de Detención 11 y 12, debieron firmar previamente una especie de autorización para su traslado dado que la flamante cárcel de Senillosa cuenta únicamente con la posibilidad de completar los estudios primarios.

“Los internos firmaron un consentimiento que si bien no era necesario porque es nuestra facultad trasladarlos, nos pareció que no estaba de más”, explicó ayer el jefe de la Policía, Raúl Laserna.

Detalló que “cada uno tuvo una entrevista personal con la jueza de Ejecución Penal, Raquel Gass”.

La semana pasada “Río Negro” anticipó que los 40 primeros reclusos ya estaban seleccionados.

Fue la directora provincial de Políticas Penitenciarias del ministerio de Seguridad, Ana María Domínguez, quien reconoció que “en esta primera etapa, y hasta el año entrante, se contará sólo con formación del nivel primario y algunos talleres”.

La puesta en funcionamiento de la cárcel de Senillosa se dio en forma silenciosa.

Fue el mismo gobernador Jorge Sapag quien días atrás reconoció que “no queremos dar una fecha para que después no se cumpla”.

Es que el penal, que en su diseño fue copiado del de Ezeiza, contó desde la terminación de su construcción en 2007 con cuatro fechas de puesta en funcionamiento.

Tres de esos fallidos anuncios fueron durante el gobierno de Sapag.

La apertura final del complejo que tiene capacidad para albergar a 600 personas y numerosos talleres de resocialización y formación, se da tras una serie de obras complementarias que no solo demandaron un trabajo de un año y medio, sino también un desembolso de 1.500.000 pesos.

Entre los cambios introducidos se encuentra una renovación de la sala de asistencia médica, la colocación de sistema de video seguridad y el refuerzo de los cinco cercos perimetrales.

Agencia Neuquén