Trece presos asesinados por venganza del crimen del «jefe» de la cárcel de Coronda

CORONDA (Télam).- Trece presos fueron asesinados, dos de ellos quemados vivos, durante una «cacería humana» de la que fueron víctimas por parte de otro grupo de reclusos del penal santafesino de Coronda, que al parece cometió el ataque para vengar el asesinato de otro interno, sindicado como uno de los «jefes» de la cárcel.

Para concretar el ataque, los presos «armaron» un motín en el que tomaron como rehenes a dos guardiacárceles y durante el cual, además, de los 13 presos asesinados, otros cinco sufrieron heridas graves.

Diversas fuentes penitenciarias y de la justicia santafesina atribuyeron el episodio, que duró unas 10 horas, a una venganza de presos de la ciudad de Santa Fe contra los de Rosario por el homicidio del santafesino Eduardo Verón, uno de los cabecillas del penal.

En esa línea, los investigadores trabajan sobre la hipótesis de que los asesinados, oriundos de Rosario, fueron «víctimas de una cacería» y no tuvieron posibilidades de defenderse ante el avance de los reclusos de la ciudad de Santa Fe alojados en el pabellón 7 del penal de Coronda, situado a 45 kilómetros al sur de la capital santafesina.

Once de las víctimas fueron asesinadas con armas blancas -uno de ellos degollado- y dos murieron quemados vivos, como respuesta al homicidio de Verón, quien murió el domingo, tras ser atacado tres días antes cuando lo trasladaron del pabellón 7 al 12.

La abogada Carmen Maidagan, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario, abonó esa línea investigativa al manifestar que «por lo que dicen las autoridades del penal, acá hubo una cacería porque los agresores fueron a buscar a determinadas personas para matarlas». De todas formas, voceros de la Coordinadora de Trabajo Carcelario denunciaron la vigencia de «internas en el Servicio Penitenciario» como posible caldo de cultivo para sucesos como el de ayer.

Los fallecidos fueron identificados como Amelio Mercado, Cristian Heredia, Diego Aguirre, Juan Ortigoza, Carlos Barreto, Walter Gómez, Ramón Valenzuela, José García, Sergio Frías, Fabián Benítez, Juan Díaz y los hermanos Ramón y Sergio Duarte, quienes murieron calcinados.

En tanto, los heridos internados en el hospital José María Cullen de Santa Fe so Julio Portella, Jorge Yanuzzi y Luciano Urquiza, en tanto son atendidos en el hospital del penal Pablo Arroyo y Mauricio Ahumada.

Los dos guardiacárceles tomados como rehenes y luego liberados resultaron heridos, pero sus vidas no corren peligro.

El titular del servicio penitenciario provincial, Fernando Rosúa, calificó al caso de «espantoso» y precisó que todo empezó cuando presos del pabellón 7 atacaron a reclusos de los pabellones 1 y 11 del penal.

Búsqueda de armas

Desde ayer a la mañana, agentes penitenciarios realizaban una requisa en el penal en busca de «facas» y todo tipo de armas «tumberas» empleadas por los presos durante la revuelta.

En tanto, el director del penal, Oscar Mansilla, dijo que no hubo enfrentamientos entre presos y guardiacárceles o policías, sino que se trató de problemas entre internos.

La mayoría de los disturbios que suceden en el penal corondino tienen su origen en la tradicional rivalidad entre los reclusos de las dos principales ciudades de la provincia, según reconocen las autoridades del Servicio Penitenciario.

Además, uno de los guardiacárceles que había sido tomado como rehén y que fue liberado, debió ser atendido en la Clínica de Especialidades San Jerónimo de Coronda con dos heridas de arma blanca.

El motín, que se inició anteayer a las 19 y concluyó 10 horas después, fue seguido desde el exterior del penal por familiares de los reclusos, que sólo comenzaron a retirarse tras conocerse el listado de muertos y heridos, a media mañana de ayer.

En el lugar, a raíz de la gravedad del caso, se presentaron Rosúa y representantes de la Secretaría de Derechos Humanos y de la organización Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC). Otras fuentes informaron que siete de los trece presos asesinados tenían catalogada su conducta como «pésima» y sólo uno de ellos era considerado «ejemplar».

En total, en el penal están alojados 1.500 presos y se estima que unos 600 estuvieron involucrados en la pelea.

Notas asociadas: Siete víctimas tenían conducta «pésima» «Fue trágico y doloroso», dijo el ministro Rosúa Una de las más sangrientas

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