Tres hombres luchan para que la burocracia no les quite la vida

Tienen dolencias cardíacas y no fueron operados.

Son tres casos que muestran la realidad de otros treinta rionegrinos que por estos días miran el calendario con miedo, ya que cada jornada que pasa, su salud se resquebraja y las soluciones no llegan.

Son tres personas que no quieren tener el destino de Juan Mancini, un cipoleño de 70 años al que la burocracia le llevó la vida.

Samuel Cerna, Daniel Apablaza y Juan Recabarren están en lista de espera, pero no consiguen que Salud Pública y los prestadores autoricen las operaciones.

Los unen sus dolencias cardíacas y su cansancio de peregrinar por oficinas públicas y privadas para lograr la ansiada intervención quirúrgica que les devuelva una vida normal.

Cerna compartió días de internación con Mancini y relató que se preguntaban «¿A cual de los dos les va a tocar»?

Daniel Apablaza iba a ser operado de una afección que padece hace cinco meses pero cuando la intervención estaba autorizada la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén le cortó el servicio a la provincia por falta de pago.

Por último, Juan Recabarren está harto y siente que las fuerzas lo abandonan en una lucha desigual con la burocracia. (Ver «Testimonios»)

La opinión de Salud

El secretario de Salud de Río Negro, Mario Rivoire, argumentó ayer dificultades en la provisión de la válvula como causa de la demora de la operación cardíaca que le costó la vida a un vecino de Cipolletti. El funcionario no se mostró conforme con la atención de la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén y anticipó «prestadores alternativos» en las operaciones de alta complejidad, incluyendo la posibilidad de equipos extraprovinciales.

Rivoire fue crítico con la Fundación al describir los hechos que desencadenaron la muerte de un paciente. Comentó que el miércoles pasado «se forzó al prestador» para que reciba la válvula y dijo no entender por qué recién se determinó la cirugía para el viernes si se trataba de una urgencia.

En ese análisis, el secretario anticipo que acordará con «prestadores alternativos» que serán equipos rionegrinos o extraprovinciales que llegarán a Río Negro para realizar esas cirugías de alta complejidad.

El funcionario analizó la responsabilidad de Salud Pública en la muerte de Juan Mancini -de 70 años y con una estenosis aórtica severa- que el viernes falleció cuando un equipo de la Fundación Médica iniciaba una operación para colocarle una válvula cardíaca.

El miércoles anterior había llegado la prótesis tras varios meses de gestión.

Rivoire recibió ayer a «Río Negro» con el secretario Ejecutivo, Norberto Delfino; las directoras generales de Asuntos Jurídicos, Susana Quiroga y de Administración, María del Carmen Castelli; y el director de Gestión de Servicios de Salud, Rubén Pereyra.

En este sentido, el secretario provincial destacó que existen 30 pacientes en lista de espera pero resaltó también que en los dos meses de su gestión se concretaron 11 operaciones y se atendieron así los cinco casos promedios que se detectan mensualmente.

Por eso, entendió que las demoras esenciales están dadas por el cúmulo de cirugías pendientes cuando llegó a la conducción de esa cartera sanitaria.

Comentó que Salud en este marco de carencias autoriza cirugías en base a las prioridades clínicas o judiciales.

Manifestó que recientemente la Justicia reclamó por cinco pacientes con recursos de amparo favorables, de los cuales, quedan dos por realizar las cirugías y, en ese caso, Rivoire destacó que un caso corresponde al de una mujer del Alto Valle para la que se dispone de una válvula, pero ahora no se la puede localizar (se presume que está en Chile).

En el caso de Mancini, el secretario de Salud explicó que el trámite se demoró por las dificultades de provisión que se originaron con la incertidumbre nacional de diciembre.

Narró que la empresa que inicialmente fue adjudicataria después se retiró de la licitación, entonces la válvula se compró en Bahía Blanca y «el miércoles se forzó la entrega al prestador».

Además de los inconvenientes ajenos, Rivoire resaltó que administrativamente se requiere de 28 trámites para una adquisición de este tipo, pero entendió que se agilizará con las facultades otorgadas por la reciente ley de emergencia aprobada.

Por último, el funcionario admitió que esa secretaría adeuda a la Fundación Médica cerca de 1,7 millón por prestaciones desde 1997, pero también resaltó que ese prestador recibe importes periódicamente, que cuantificó en diciembre de 170.000 pesos por las cirugias que realizó a cuenta de Salud. (AC/AV)

«Con la amargura de esperar que fallezca otro más»

CIPOLLETTI (AC).- «Es un dolor muy grande para todos los que compartimos con él en el hospital. Saber que podría haber sido yo u otro de los que estábamos internados… Por ahora estamos ahí, con la amargura de esperar que fallezca uno más para ver si toman un poquito de conciencia y son más humanos».

Cuando Samuel Cerna recuerda a Juan Mancini, sus palabras resuenan cargadas de indignación. «Es algo doloroso, no es para esperar tanto».

«Con Mancini compartíamos la misma pieza y cuando caminábamos en el pasillo conversábamos. `¿A quién le va a tocar?`, nos decíamos. Lamentablemente le tocó a él, sin que siquiera pudieran operarlo».

Cerna tiene 60 años y es chapista en Cipolletti. Desde setiembre está esperando una angioplastia, un procedimiento de alta complejidad que no se realiza en el hospital sino en la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén.

Su afección lo obligó a estar internado durante casi todo diciembre en el hospital cipoleño, donde pudo compartir largos días de espera junto a Mancini.

Ahora, con la muerte de Mancini, la carga es más fuerte. «Es bastante feo saber que ha fallecido por negligencia, por problemas políticos y económicos de las empresas… Es vergonzoso tener que decir que los propios seres humanos no consideran a los otros como seres humanos».

El pasado lunes presentó un recurso de amparo.

«Ya no quiero ir más al hospital»

CIPOLLETTI (AC).- Las fuerzas de Juan Recabarren se agotaron. Este cipoleño de 53 años no quiere seguir peleando porque está harto de que lo pasen de un lado para otro sin que le den respuestas.

A Recabarren varias veces le dieron turno para la cirugía cardiovascular central que necesita. Pero nunca consiguió que lo operaran.

Ayer, su ánimo decayó terriblemente. Le dijeron a su mujer en el hospital de Cipolletti que tendrá que hacer todos los trámites de nuevo porque si bien está la autorización para la cirugía, la prótesis ya no está.

«Estamos desde agosto esperando. Ya no quiero ir más al hospital. ¿Para qué voy a andar haciendo todo esto, si no pasa nada», manifestó.

Noemí, su mujer que lo acompañó en la lucha todo este tiempo, contó que la válvula estuvo dos meses en la clínica «y como a él no lo operaron porque la provincia estaba en deuda, la retiraron».

«Ahora la provincia tiene que dar la autorización de vuelta para que la vuelvan a traer. Cuando vine a casa él me dijo: `no dejá, si me tengo que morir me muero. Ya basta`».

«Desde agosto del año pasado que ando con los papeles en la carpeta y ahora me salen con esto. Yo estoy cansada. En estos días presenté un recurso de amparo», dijo Noemí al borde de las lágrimas.

Y Juan agregó: «¿Cuánto tiempo anduvimos para conseguir esos papeles y ahora hay que empezar todo de nuevo?».

Recabarren hace reposo en su casa, donde su hijo de 6 años trata de darle ánimo. Toma seis pastillas por día.

El fin de semana pasado salió para ir al velatorio y al entierro de Juan Mancini.

Hace 5 meses que espera una válvula

CIPOLLETTI (AC).- Daniel Apablaza tiene 57 años y hace «como cinco meses» que padece una seria afección cardíaca. En noviembre tenía turno para una cirugía, pero cuando llegó el momento la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén «le cortó el servicio a la provincia porque no le paga» y no pudo ser operado.

«Me siento bien en el momento porque estoy medicado, pero me agito, me canso mucho, no puedo hacer nada. Estoy como inválido», reveló ayer.

Apablaza vive en Cinco Saltos. Cuando su corazón le respondía trabajaba en un taller metalúrgico, pero ahora apenas puede atender un quiosco que tiene en la calle Mendoza.

Varias veces estuvo internado en el hospital de Cipolletti. En algunas ocasiones, hasta en terapia intensiva.

Así y todo, aún no tiene ninguna fecha para operarse. «Me están saliendo muy «salados» los remedios y como no puedo trabajar no puedo pagarlos. Son medicamentos que los tengo que tomar sí o sí», explicó. Por eso su apuro. Por eso su angustia.

A él le tienen que colocar una válvula, una operación similar a la que iban a realizarle a Juan Mancini el hombre que no resistió la espera.

«Yo no sé qué pensará el gobernador que no arregla la situación de toda la gente que está con este problema. Yo hace como cinco meses que estoy embromado», recordó.


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