Tres mochileras estuvieron perdidas varias horas

EL BOLSON (AEB).- Tres jóvenes mochileras de Buenos Aires vivieron una verdadera aventura, que tuvo final feliz, cuando fueron rescatadas en la cordillera luego que perdieran el rumbo en pleno ascenso. Dos policías, especialistas en rescates de montaña y un refugiero, recorrieron largas distancias en la oscuridad hasta encontrarlas en la madrugada de ayer. Las chicas utilizaron un celular para avisar de su extravío. “Tuvimos miedo de los animales que podía haber” comentaron, tras reconocer que, a pesar de eso, nun-ca perdieron la calma.

Las hermanas Laura (20) y Patricia Bahl (22) y Corina Ochipinti (20) no olvidarán la odisea que vivieron, cuan-do se perdieron en pleno ascenso al cerro Hielo Azul, en las proximidades de El Bolsón. Las jóvenes llegaron a la región el día martes, en un raid ciclístico que las acercó desde Esquel.

Luego de acampar en el camping “Nien Hue” en cercanías del río Azul, las turistas decidieron ir hasta el refugio del Cerro Hielo Azul, en una marcha que exige entre 6 y 7 horas de caminata en constante ascenso.

En un lugar conocido como “Mallín de los Palos”, erraron la senda y tomaron un camino que las fue alejando cada vez más de los sectores transitados por los montañistas.

“Mi papá siempre nos da consejos para actuar en la montaña, porque es un conocedor, por eso llevábamos el teléfono celular, aunque en gran parte del camino no teníamos señal” comentaron las hermanas Bahl, ya recuperadas del cansancio. Los especialistas, por su parte señalaron que “hicieron cosas que nunca deben hacerse, como seguir caminando sin rumbo”.

Cuando notaron que estaban perdidas, realizaron un llamado telefónico al destino más seguro: su propio domicilio en Buenos Aires. Allí, Rubén Bahl, padre de las hermanas, recibió el llamado y avisó a la comisaria 12 de El Bolsón, donde se armó un rápido operativo de búsqueda.

El comisario Jose Luis Tejada y el subcomisario Luis Alberto Curiqueo, de la policía local, organizaron las acciones de rescate, mientras que el sargento primero Omar Martínez y el sargento Francisco Añahual, iniciaban un peligroso ascenso en las peores condiciones: en plena noche y poniendo en riesgo su integridad física. En el mismo momento, Lucas Angelino, refugiero del Hielo Azul iniciaba el descenso para encontrarse con la partida policial.

“Llevaban una mochila, linternas de minero y mucha decisión. Los dos conocen bien el terreno porque participaron de la búsqueda de Javier Ferrari en el 95” explicó una fuente. El joven montañista se perdió en el mismo lugar y su cuerpo nunca fue hallado.

Contacto con la patrulla

Ya entrada la madrugada de ayer, las mochileras, que estaban bien abrigadas, tenían agua, comida y contaban con bolsas de dormir, decidieron parar para descansar y aguardar la mañana, con las esperanzas perdidas que llegara el rescate.

Martínez, Añahual y Angelino, tras caminar más de seis horas, haciendo sonar silbatos y gritando para encontrar a las jóvenes, las hallaron a las 2.30 de ayer en proximidades de una laguna ovalada. “Buscábamos agua porque estábamos seguras de encontrar gente”. El lugar que eligieron tiene profundos cañadones que imposibilitan la llegada hasta el cauce. Se cree que una decisión errónea como ésta es la que adoptó Ferrari al momento de su accidente.

Ya superado el susto, las chicas iniciaron el descenso, llegando al cámping a las 6.30 de la mañana, luego de pasar toda la noche en la cordillera

“Le avisamos por teléfono a papá que estábamos bien, para que se queden tranquilos” contaron. Las tres piensan seguir su marcha en bicicleta hasta Bariloche en las próximas horas.

“La montaña no perdona errores”

La montaña ejerce una rara fascinación para aquellos que la contemplan por primera vez. Y no son pocos los que deciden desafiarla cada temporada, a pesar de contar con mínimos conocimientos de andinismo. “La montaña no perdona errores” dicen los veteranos de la altura y esa frase cobra vigencia cuando se repasa la estadística reciente.

Cuatro nombres estan ligados con accidentes en la montaña: Javier Ferrari, Marcelo Montesanto, Pablo Mattianda y Mario Lavalle. De ellos, sólo el último fue hallado con vida luego de una intensa búsqueda de cinco días.

A principios de los 90, Marcelo Montesanto, un joven que padecía una rara enfermedad que obstruía los poros de su piel y lo obligaba a refrescarse constantemente, desafío el Cerro Lindo y su rastro se perdió por más de dos años. El cuerpo del infortunado caminante fue hallado en el lecho de un río, con todas sus pertenencias encima. Se presume que quiso bajar hasta el agua y se desbarrancó.

Un final similar pudo haber tenido Javier Ferrari, quién desapareció en 1995 en el mismo lugar que se perdieron las tres mochileras. Del joven juninense sólo se encontró la mochila, una bota de trekking y parte de su cuero cabelludo atrapado en una roca del río Raquel.

Pablo Mattianda perdió la vida en 1999, cuando cayó en una grieta del glaciar existente en el Cerro Los Laguitos. Su cadáver, prácticamente intacto, fue hallado un año después. Por su parte, Mario Lavalle fue rescatado luego de cinco días de permanecer sentado en una roca y con serios signos de deshidratación. (AEB)