Trump arregla con Kim y congela las maniobras militares con Seúl

Tras 25 años de relaciones diplomáticas fallidas, Trump y el comunista Kim acordaron garantizar el desarme nuclear de la península asiática.

Tras una cumbre histórica que se extendió durante cuatro horas en Singapur, los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un rubricaron un acuerdo que en sus propias palabras “va suponer un gran cambio para el mundo”. El punto central radica en el compromiso de Corea del Norte de desnuclearizarse, aunque sin determinar plazos, y las “garantías de seguridad” ofrecidas por Estados Unidos al país comunista.

Ambos estados se comprometieron a cooperar en el desarrollo de nuevas relaciones y “la promoción de la paz, la prosperidad y la seguridad”.

La carta tapada que posibilitó el acuerdo surgió horas más tarde, de boca del propio Trump, y cayó como una bomba en el Pentágono. Anunció que pondrá fin a las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur, a las que calificó de demasiado provocativas y caras.

Trump no dijo cuándo se concretará el cese de las maniobras con Seúl y esa promesa, que modificaría por completo la postura militar estadounidense en la región, no figura en la declaración común firmada por lo dos dirigentes.

Los mandos militares del país norteamericano se vieron visiblemente sorprendidos por el anuncio.

“El presidente Trump se compromete a ofrecer garantías de seguridad a Corea del Norte, y el presidente Kim Jong-un reafirmó su firme compromiso para la desnuclearización de la península de Corea”, afirma el texto rubricado por los dos líderes mundiales.

El acuerdo establece además que el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, se reunirá en “la fecha más temprana posible” con un alto funcionario norcoreano, que no identifica, para continuar con la negociación. Ese diálogo se centrará en cuatro puntos, de los que el primero es un “compromiso a establecer nuevas relaciones entre Estados Unidos y la DPRK de acuerdo con el deseo de los pueblos de los dos países de que haya paz y prosperidad”.

El segundo punto del pacto indica que las dos naciones, que hasta ahora no tienen relaciones diplomáticas, “unirán sus esfuerzos para construir un régimen de paz duradero y estable en la península coreana”.

En tercer lugar se “reafirma la declaración de Panmunjon”, sellada por las dos Coreas el pasado 27 de abril y en la que Pyongyang se comprometió a la desnuclearización, aunque el texto no establece plazos.

De hecho, Trump dijo que el arsenal norcoreano es “muy significativo” y reconoció que el desarme completo del régimen “llevará mucho tiempo”, aunque añadió que presionará a Corea del Norte para que lo haga tan pronto como sea posible “mecánica y físicamente”.

El acuerdo tampoco menciona que la desnuclearización de la península tenga que ser “completa, verificable e irreversible”, como había defendido la Casa Blanca antes del encuentro.


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