Tsipras defiende el peor/mejor acuerdo posible

Hoy el Parlamento debe votarlo. Syriza se dividió.

AP

ATENAS.- El primer ministro griego Alexis Tsipras reconoció anoche en una entrevista televisada que el acuerdo con los acreedores es un texto en el “que no creía”, pero que “firmó para evitar un desastre al país”.

“Asumo mis responsabilidades por cualquier error que pueda haber cometido, asumo mi responsabilidad por un texto en el que no creo pero que firmé para evitar un desastre al país”, declaró Tsipras a la ERT.

Hoy el acuerdo se votará en el Parlamento. Parte de su partido no lo apoya, ante lo que busca “hacer todo lo posible para conservar la unidad” del Syriza.

Tsipras añadió: “La apertura de los bancos depende de la aprobación del acuerdo, que tendrá lugar dentro de un mes (…) Cuando hay un ‘shock’, siempre existe la posibilidad de que los ahorristas retiren todo su dinero”.

El primer ministro afrontaba ayer en Atenas la ardua tarea de “vender” en su país las draconianas medidas exigidas por la eurozona, que debe además hacer aprobar el miércoles por el Parlamento.

De vuelta de Bruselas, Tsipras buscaba el apoyo del pueblo griego, del Parlamento y de su formación de izquierda radical, Syriza, que ganó las elecciones en enero con la promesa de acabar con cinco años de dura austeridad, impuesta a cambio de dos precedentes planes de rescate.

Tsipras encadena “un sprint en Atenas tras un maratón en Bruselas”, ilustró el diario liberal Kathmerini, al referirse a las consultas que lleva a cabo en la capital griega con miembros de Syriza, algunos de los cuales acusan al primer ministro de rendición o capitulación el lunes en la capital europea ante las imposiciones de Alemania.

Ante esta ola opositora, Tsipras –deseoso de presentar a un Ejecutivo unido ante la votación parlamentaria de hoy– debatió una posible remodelación del gobierno con varios responsables de su mayoría política, según la cadena pública ERT.

Veinticuatro horas después de logrado ese compromiso, el presidente francés François Hollande afirmó que Grecia no ha sido “humillada” por ese acuerdo. “Yo no acepto que un pueblo sea humillado”, “la humillación hubiera sido echarla de la zona euro”, dijo en una entrevista a la televisión.

Los socios europeos de Grecia han exigido una reforma del IVA, una reforma fiscal y del sistema de pensiones, así como la introducción de una regla de oro presupuestaria, entre otras medidas.


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