Un aplauso para ellos

Desde ya, los hombres de la jornada inicial de la Regata del río Negro fueron el viedmense Santiago Scalesi y su compañero, el asturiano Federico Vega Suárez. Pero en realidad la exigencia que impone la travesía es para aplaudir a todos los palistas. Algunos se llevarán un trofeo, otros las medallas de ganadores de etapas, a todos les quedará la remera de esta edición, la número 37. Pero el mayor premio será cruzar la línea final dentro de seis días en la capital rionegrina. Esos gladiadores podrán darse el lujo de decir que lo lograron. Con mejor, peor preparación física o diferencias en los elementos necesarios para la competencia, el esfuerzo es similar para casi todos. Los músculos se tensan, la energía se va agotando en cada palada, pero la idea es no claudicar. Pase lo que pase. En esta edición de la Regata los mayores aplausos son para Carlos Benegas y Andrea Bracamonte. El entrerriano es no vidente y regresó junto a Tomás Itria para correr en un travesía doble luego de vivir la primera experiencia en un kayak. Su esfuerzo es conmovedor y el hombre tiene el respeto de todos, competidores y público en general. Mientras tanto, la representante de General Conesa no tiene movilidad en sus miembros inferiores, pero esa incapacidad no le impide vivir esta gran experiencia junto a Fabián García, su compañero de embarcación.


Desde ya, los hombres de la jornada inicial de la Regata del río Negro fueron el viedmense Santiago Scalesi y su compañero, el asturiano Federico Vega Suárez. Pero en realidad la exigencia que impone la travesía es para aplaudir a todos los palistas. Algunos se llevarán un trofeo, otros las medallas de ganadores de etapas, a todos les quedará la remera de esta edición, la número 37. Pero el mayor premio será cruzar la línea final dentro de seis días en la capital rionegrina. Esos gladiadores podrán darse el lujo de decir que lo lograron. Con mejor, peor preparación física o diferencias en los elementos necesarios para la competencia, el esfuerzo es similar para casi todos. Los músculos se tensan, la energía se va agotando en cada palada, pero la idea es no claudicar. Pase lo que pase. En esta edición de la Regata los mayores aplausos son para Carlos Benegas y Andrea Bracamonte. El entrerriano es no vidente y regresó junto a Tomás Itria para correr en un travesía doble luego de vivir la primera experiencia en un kayak. Su esfuerzo es conmovedor y el hombre tiene el respeto de todos, competidores y público en general. Mientras tanto, la representante de General Conesa no tiene movilidad en sus miembros inferiores, pero esa incapacidad no le impide vivir esta gran experiencia junto a Fabián García, su compañero de embarcación.

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