Un barrio abandonado en el norte cipoleño
"Michi Michi" queda a tres kilómetros de Ferri. Los ómnibus no llegan, no hay teléfono público ni sala de auxilios. Hace poco un chico sufrió una quebradura y tuvo que esperar una hora y media.
CIPOLLETTI (AC).- Unas 40 familias que viven en «Michi Michi» al norte de Cipolletti, se sienten «aisladas», como «en un pozo». Desde hace más de un año que no pasa ningún colectivo urbano, no tienen agua potable, ningún teléfono público, ni una salita de primeros auxilios. «Acá falta de todo. Sólo se acuerdan de nosotros cuando llegan los votos», dicen los pobladores; todos muy humildes.
«Michi Michi» es un barrio rural, ubicado en el noroeste cipoleño, casi en el límite con Cinco Saltos. Está asentado a unos tres kilómetros de Ferri, y sólo cuenta con el servicio de luz eléctrica.
«Desde hace tiempo pedimos el agua. Cuando estuvo el intendente (Jorge) Ocampos dijeron que iban a poner un tanque grande para repartir agua para todos porque encontraron agua dulce, pero no pasó nada», recordó Silvia Marín de Alvarez, una de las vecinas del lugar.
Silvia es la única que tiene una bomba y la posibilidad de obtener agua dulce. A su propiedad van varios vecinos a buscar agua. «El que quiere venir, viene. Están las puertas abiertas», dice solidariamente Silvia. Pero muchos no van, porque les queda lejos, y se abastecen riesgosamente con el agua del canal.
«En el invierno es un peligro, porque generalmente van los chicos a buscar agua. Acá ya hubo varios ahogados», contó Osvaldo Montoya, presidente de la junta vecinal de Ferri. Según su opinión, el municipio debería hacer algo similar a la obra que se realizó en Ferri. «Ponen una bomba, hacen el tendido de agua y se soluciona todo», expresó.
Sólo en las elecciones
La gente de «Michi Michi» se siente abandonada por las autoridades municipales. Dicen que los políticos en general sólo se acuerdan de ellos cuando llegan las elecciones. «Cuando hay votos, ahí sí saben que hay gente y chicos descalzos», reclamaron. Dicen que entonces se ven autos que van y vienen a buscar gente. Después, «nadie pasa».
Si bien están a unos tres kilómetros de Ferri, la distancia para ellos es significativa. La mayoría es gente de escasos recursos y no cuenta con vehículos para movilizarse. Y como tampoco tienen transporte urbano desde hace más de un año, la situación empeora.
«El martes un nene se quebró el bracito. Desde las cinco de la tarde hasta las seis y media estuvo gritando hasta que pudieron llevarlo. Esa criatura se volvía loca del dolor. Una hora y media estuvo llorando hasta que lo pudieron llevar», contó Silvia.
Ante la falta de servicios y medios, las distancias parecen agrandarse. También para trabajar, hacer alguna compra, o estudiar, se nota enormemente.
Silvia mencionó que su hija estudió en la universidad y tenía que volver en taxi para poder llegar a su casa. «Llegaba a veces a la una de la mañana. Se recibió, pero con mucho sacrificio. Los demás chicos, hay muchos que no pueden ir a la escuela. Falta mucha ayuda para los nenes chicos», enfatizó la mujer.
Para acceder a «Michi Michi» o barrio «Norte» como le suelen llamar algunos, no es nada sencillo.
Una posibilidad es ir por el camino de El Treinta, bordeando el canal; pero la mayoría, por la proximidad, utiliza el tramo que une a este barrio con Ferri. Para llegar, los vecinos tienen que pasar por dos precarios puentes de madera sin barandas. Todo un riesgo para grandes y chicos.
CIPOLLETTI (AC).- Unas 40 familias que viven en "Michi Michi" al norte de Cipolletti, se sienten "aisladas", como "en un pozo". Desde hace más de un año que no pasa ningún colectivo urbano, no tienen agua potable, ningún teléfono público, ni una salita de primeros auxilios. "Acá falta de todo. Sólo se acuerdan de nosotros cuando llegan los votos", dicen los pobladores; todos muy humildes.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios