Un basurero crece sin control en la barda neuquina 1-4-03

Bolsas, basura domiciliaria, hierros y hasta carrocerías de autos. Todo ello se puede encontrar en la barda neuquina. NEUQUEN (AN).- A diez minutos del centro de Neuquén, junto a la antigua cantera municipal y sobre los barrios de la zona oeste, un predio de decenas de hectáreas acumula rápidamente la basura proveniente de diversos sectores de la ciudad. El avance es progresivo, y siembra sobre la barda bolsas plásticas con residuos, botellas, y chatarra. A trescientos metros del basurero, se encuentra el barrio Patagonia Argentina. Las viviendas, que están ubicadas frente al basural se encuentran protegidas por un alambrado para evitar que los residuos lleguen desplazados por el viento hasta las casas. De todos modos, la red protectora les impone a los vecinos la tarea de limpiar cotidianamente los restos de basura, las bolsas plásticas, y hasta los animales muertos que aparecen alrededor de las viviendas o que quedan atrapados en el entramado del alambre. Según la gente del barrio, todo comenzó cuando «algunas empresas de contenedores obtuvieron la autorización para arrojar escombros en la cantera». Enseguida, a las camionadas con escombros se sumó la basura de muchos de los barrios neuquinos, que llega hasta el lugar luego de transitar una maraña de caminos y senderos que comunican el emplazamiento con otros puntos de la ciudad. Al basurero se puede llegar con casi la misma facilidad desde el barrio Hipódromo o desde el Parque Industrial. Así, decenas de hectáreas en medio de la barda, funcionan como un agujero negro que atrae los desperdicios producidos a varios kilómetros de distancia, en cualquier parte de la capital neuquina. Si bien la cantera municipal está habilitada para el depósito de escombros, allí se encuentra de todo: carrocerías de autos oxidadas, miles de botellas plásticas y una cantidad descomunal de bolsas de nylon con la basura cotidiana de cualquier familia. En el predio no hay ningún tipo de control. La casilla para los cuidadores de la cantera está deshabitada y casi en ruinas. Las depresiones naturales de la barda y la altura a la que se encuentra el basurero, facilitan el traslado de los residuos por la acción del viento hasta sitios que se encuentran a 5 kilómetros de distancia. Hacia los barrios del oeste, al norte de la calle Belgrano, el viento encuentra una vía natural por donde canalizarse. Las bolsas de plástico que arrastra, quedan dispersas por el camino y a escasos metros de algunas viviendas. Los barrios en los que el impacto de los residuos es más notorio son los que limitan con el basurero: en Muten, Mudon, y la zona del cordón Colón, donde las bardas muestran los restos de diferentes tipos de basura. Pero también hacia el norte, cerca del Parque Industrial, y en las bardas que separan al basural de ese barrio. Guillermo Mauricio, participó junto a otros vecinos de una recolección de residuos en la barda. Destacó la importancia de la «barda neuquina como un espacio para que la comunidad disfrute del contacto con la naturaleza» y comentó que la tarea estuvo motivada por la «gran cantidad de basura que nos encontrábamos cuando realizábamos diferentes actividades en simples caminatas, o tan sólo paseando». Reconoció que hay cerca de «15 senderos que posibilitan el traslado de desperdicios desde diversos lugares de la ciudad» y que el grupo colaboró para cerrar algunos. El subsecretario de Gestión Ambiental del municipio neuquino, Carlos Roca, dijo «que la municipalidad ya cerró algunos de estos caminos» pero añadió que «la tarea es grande y costosa» dada la cantidad de senderos que hay trazados. Hace dos meses, algunas agrupaciones recolectaron 57 toneladas de chatarra.


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