Un bonus track para la película interminable
Cuestiones tributarias atentan ahora contra la renovación del contrato de Riquelme
“Ya me siento jugador de Boca”, dijo Juan Román Riquelme hace poco más de una semana cuando parecía que llegaba a su fin, una historia de dos meses cargada de idas y vueltas sobre la renovación de contrato del jugador. Se esperaba de un momento a otro la firma de su nuevo vínculo por cuatro años con el club de La Ribera, pero otra vez el diablo metió la cola en esta novela ya colmada de hastío para el hincha de Boca, que pide a gritos la caída del telón.
Cuestiones tributarias y también política se antepusieron ahora a la rúbrica de Román. El tesorero del club, Daniel Angelici, cabeza del ala macrista de la CD y principal opositor a la renovación de Riquelme encabezada por el presidente Jorge Amor Ameal, reiteró que no está dispuesto a que el club se haga cargo de pagar el impuesto a las ganancias que le corresponderían al jugador.
Ese es uno de los puntos que especificó Angelici, al igual que el supuesto rechazo de los asesores del futbolista de poner topes al contrato en dólares entre la institución y Riquelme.
“Vinieron asesores (del jugador) y hay unos puntos que todavía no lo tienen en claro que es respecto de la compra del pase, si tributa o no impuesto a la ganancia por ser un jugador libre que no es habitual que venda el pase. Sin ser tributarista entendería que no debería pagar y este es un punto en que están haciendo averiguaciones”, explicó Angelici.
“Mi posición y la de muchos es que Boca ya hizo todo el esfuerzo y no se puede hacer más. Si hay que tributar lo debiera tributar el jugador que es el que está ganando, el que trabaja y el que gana”, enfatizó Angelici por radio Mitre.
Angelici es uno de los que todavía siguen la línea del ex presidente del club y actual Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, quien nunca estuvo de acuerdo con repatriar a Riquelme del Villarreal por el costo que significaba.
“Entendemos algunos directivos, entre ellos yo, que son contratos onerosos que no deberían firmarse en Argentina. No es que el jugador no se lo merezca, es un jugador de nivel, un jugador distinto. Yo siempre lo digo, lo quiero en el club, lo quiero ver jugar, me alegra como hincha, pero como tesorero del club al ver las cuentas y los ingresos digo que esos montos de contrato no se pueden pagar, por eso no estoy de acuerdo con el monto y la extensión de cuatro años. Hacer un contrato de cuatro años en este país no me parece muy saludable”, resaltó.
El otro punto que traba la firma es la reticencia de los asesores de Riquelme a aceptar un tope que fijó Boca a los contratos en dólares.
“A todos los que firmaron contrato en dólares tienen un tope. Pero no solo al de Riquelme, sino también a los de Sebastián Battaglia, Palermo y Clemente Rodríguez, y esto es lo que no aceptaron los contadores” de Román, explicó el tesorero.
Enterado del tema, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, salió a decirle a los dirigentes de Boca “que se olviden” de que el organismo recaudador vaya a obviar el pago del impuesto en el contrato del futbolista. En fin, una historia de nunca acabar.
La pelota sigue esperando por Román, cuya continuidad en Boca volvió a ponerse en duda.
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“Ya me siento jugador de Boca”, dijo Juan Román Riquelme hace poco más de una semana cuando parecía que llegaba a su fin, una historia de dos meses cargada de idas y vueltas sobre la renovación de contrato del jugador. Se esperaba de un momento a otro la firma de su nuevo vínculo por cuatro años con el club de La Ribera, pero otra vez el diablo metió la cola en esta novela ya colmada de hastío para el hincha de Boca, que pide a gritos la caída del telón.
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