Un caldo divino en medio de la crisis
El lujo y la crisis se confunden en París. Unos brindan en medio del glamour y otros se quejan por cómo
PARíS (DPA).- El veterano zar de la moda Pierre Cardin no puede sustraerse a su encanto. «Felicidad, lujo, belleza y vino, todo va unido», dice el italiano de nacimiento, de 82 años, y se deja servir otra copa de tinto.
No es cualquier vino, sino un Château Pavie 2000 de Saint-Emilion, producto estrella del viticultor Gérard Perse, al que 32 de los mejores catadores de vinos de Europa otorgaron recientemente en una cata a ciegas en Venecia el primer lugar entre 160 vinos «Grand Cru» de la región de Burdeos. Cardin goza del noble caldo en el hotel parisino «Le Meurice». El anfitrión es Perse, que quiere así celebrar el éxito de sus vinos. También el astro del cine francés Gérard Depardieu, un viticultor aficionado, y el perfumista Jean-Paul Guerlain están cerca cuando se trata de celebrar a los mejores vinos en época de profunda crisis.
Ambos aparecieron hace poco en una cena de gala en el palacio de Versailles, a las afueras de París, cuando Bernard Magrez, propietario de excelentes bodegas, invitó a un convite especial. Se sirvieron las comidas favoritas de la decapitada reina María Antonieta, acompañadas de vino tinto. En la ocasión también se plantó un nuevo roble, porque el «Chêne de Marie-Antoinette» en Versailles, que tenía orgullosos 324 años, no sobrevivió a la sequía del 2003.
Mientras unos festejan, en los viñedos franceses hay estado de emergencia. La sobreproducción, la competencia y también el debilitado dólar hicieron caer en picado las exportaciones de vinos de Burdeos y, por lo tanto, los precios. Ahora se eliminarán 10.000 hectáreas de viñedos y se destilarán 500.000 hectolitros de vino.
Entre Garonne y Dordoña se respira el malhumor. Pero los vinos estrella se ven poco afectados por las medidas. Incluso si los precios de los «Grand Cru» ceden un poco, la producción continúa. «Estos vinos suponen sólo el cinco por ciento de la producción total en Bordelais», explica el experto parisino Patrick Bernard. Los que se quedan con las ganas son por lo tanto los numerosos viticultores de Burdeos que con vinos de calidad media sacaron provecho durante años de la imagen de estos tintos.
La federación de viticultores CIVB de Burdeos intenta ahora por segunda vez combatir en la capital París la idea de que los vinos de Bordelais son demasiado caros: Autores de cinco guías de vinos eligieron en total 70 tintos, blancos y rosados que se pueden adquirir por menos de 15 euros (19 dólares). «Vinos de ese rango de precios suponen el 95 por ciento de la producción de Burdeos», sostienen. A Gérard Perse, conocido como el «niño prodigio» de los viticultores de Saint-Emilion por su rápido ascenso, no le gusta hablar de dinero y balances. Prefiere hablar de su «amor por el vino, por la cosecha, por el trabajo en las bodegas». Y Bernard Magrez, que también tiene viñedos en Marruecos y Argelia, en Argentina y Uruguay, ya invita a su próxima cata: Será en el Hotel Ritz de París y seguramente habrá famosos.
Comentarios