Un caudalímetro nuclear de petróleo “made in Bariloche”

Dos ingenieros nucleares del instituto Balseiro encararon de manera particular un proyecto para aplicar su campo en la medición del crudo que surge de los pozos asociado agua y gas.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

CLAUDIO ANDRADE

candrade@rionegro.com.ar

Los hermanos Emanuel y Nicolás Giménez quieren cambiar, al menos en parte, la historia de la industria petrolera. Su mirada es la de los antiguos navegantes, conmovida y luminosa. Lo que tienen entre manos, en verdad, podría modificar los usos y costumbres del análisis de datos en los pozos. Para establecer qué proporción de gas, petroleo y agua surgen de un pozo la industria ha utilizado métodos intrusivos. Los hermanos Giménez, ambos ingenieros nucleares en el Instituto Balseiro, diseñaron una herramienta sutil y moderna que le permitiría a las compañías del sector diseccionar el cuerpo absoluto de la producción sin tener que mancharse los dedos.

“Hemos probado con distintos fluidos y funciona, ahora queremos verlo en campo para saber qué debemos corregir”, le dice a “Río Negro Energía” Emanuel, quien lleva la voz cantante.

Estos jóvenes amantes de los cálculos, que durante sus distintas etapas educacionales han recibido sobresalientes calificaciones, diseñaron “un caudalímetro para flujos multifásicos” a partir de tecnología nuclear, un aspecto que le otorga una ventaja muy interesante dentro de este mercado tan específico. “El proyecto tiene como fin el desarrollo de un caudalímetro de tiempo real, no intrusivo, de bajo consumo energético y sin partes móviles para la medición de caudal de crudo de petróleo. Trabaja sobre el principio de una fuente portátil de radiación, de baja intensidad y emisora de neutrones”, explican en su Plan de Negocios.

“Ahora si una empresa quiere saber como viene su caudal tiene que utilizar métodos poco limpios, complicados y caros, nosotros creemos que se puede hacer de una manera más eficiente y económica usando una fuente de radiación. La información sería obtenida sin interferir en el caudal y llegaría de inmediato a la red de la empresa. Los datos podrían llegar vía mail en tiempo real”, explica Nicolás. “Y con menos trabajo por parte de los operarios”, apunta.

“Los métodos tradicionales involucran la separación de fases, la interrupción del flujo o intrusión de sondas en el conducto. La radiación ofrece la posibilidad hacer mediciones no invasivas y con un alto grado de sensibilidad”, explican.

Para estos chicos los aspectos verdaderamente competitivos de su producto son innegables. “La velocidad del neutrón es tal que todo lo demás parece estático. Tiene la particularidad de que puede atravesar paredes de acero y frenarse con flujos de agua. Esto permite obtener información exacta de cuál es la composición del caudal. En el caso de la radiación gama, el acero la frena mucho y puede medir una zona reducida del caño a un costo mucho más alto. Además en su caso se debe tomar muestras del fluido para cerrar el proceso de análisis”, explica Emanuel.

Aunque los números finales no están terminados, Emanuel y Nicolás estiman que su invento tendrá un costo total de 50.000 dólares. “Quizás haya que ajustar parámetros pero creemos que si se compara con otros instrumentos que se comercializan para la industria es un precio competitivo”, aseguran.

Y, como un signo de la época que nos toca, justo cuando esta entrevista concluía, un importante ejecutivo de una empresa petrolera los contactaba por Skype para interiorizarse del invento.

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