Un colapso anticipado

Nuevamente Las Grutas inició su temporada estival con falencias vinculadas a la prestación de servicios básicos, problemas que de un tiempo a esta parte no hacen más que demostrar que ya no hay demora posible para materializar esas grandes obras postergadas, que fueron pensadas para acompañar un crecimiento que ya no acepta dilaciones.

Poco después del tradicional brindis de fin de año un gran apagón dejó en penumbras a casi la totalidad del balneario (incluyendo además a un alto porcentaje de usuarios de SAO) y como en un gran efecto dominó el corte fue precedido por fallas en el suministro de agua y desbordes en la planta de tratamiento de líquidos cloacales, debido a que los sistemas de emergencia previstos para garantizar ese servicio ante posibles falencias no funcionaron de la manera adecuada.

En el medio, hubo quejas de vecinos y turistas e innumerables reacciones de prestadores y comerciantes que luego de horas sin luz perdieron mercadería, vieron anularse reservas de visitantes y tuvieron que responder a la andanada de críticas de los recién llegados, que en lugar de disfrutar iniciaron el 2011 plagados de restricciones.

Los referentes de Edersa y Arsa, en tanto, trataron de salir al cruce de esos cuestionamientos y hoy por la mañana, convocados por las autoridades municipales junto a algunos empresarios de la ciudad para crear un comité de emergencia, buscaron diseñar un plan de contingencia pensado para paliar futuras complicaciones, que nadie descartó que pudieran reiterarse.

Tal vez es hora de pensar que no sólo las grandes obras están faltando en el balneario, sino que lo que realmente falta es un sinceramiento generalizado de esos actores que luego de generada la emergencia optaron por reunirse para aunar fuerzas, sin llegar a reconocer que la crisis llegó para quedarse, y es imprescindible poner en blanco sobre negro la situación de Las Grutas para comenzar a planificar que pasará con un destino que no puede funcionar como lo haría una heladería, que abre sus puertas en enero, cierra al culminar febrero y si registra pérdidas éstas pasan a convertirse en un dolor de cabeza que se esfuma milagrosamente hasta el arribo de un nuevo verano.

Las Grutas (ASA)