Un desenlace que no pudo ser peor

Cipolletti volvió a perder. Hubo incidentes y terminó en suspensión.

No puede ser más negra la actualidad de Cipolletti. Porque anoche no sólo sumó su quinta derrota consecutiva, sino que además fue protagonista de un nuevo escándalo, ya que el partido debió suspenderse cuando faltaban tres minutos para terminar el cotejo con Brown de Madryn. El “albinegro” perdía 2 a 1 cuando desde las dos tribunas comenzaron a caer proyectiles. Luego de esperar algunos minutos, y al ver que los ánimos no se calmaban, el árbitro Leopoldo Gorosito decidió la suspensión. Así, en siete días Cipolletti sumó una nuevo hecho de violencia -en Comodoro Rivadavia le expulsaron cuatro jugadores- y ahora seguramente habrá que esperar las sanciones del Consejo Federal. Desde el plano estrictamente deportivo hay que decir que este Cipolletti del “Ruso” parece “embrujado”. Corrían 4 minutos y ya perdía por 1 a 0 luego de un cabezazo de Alberto Barrionuevo; es cierto que la defensa perdió la marca en este gol, pero todo lo que vino después dejó un sabor más que amargo. En desventaja, el “albinegro” salió a hacer el desgaste, y tuvo las mejores situaciones. Siendo dueño del balón y filoso por los carriles con las llegadas de las pibes Figueroa y Dómini. Ellos tuvieron las situaciones más claras. Pero todas esas insinuaciones y posibles augurios de buena fortuna se fueron por los caños, porque a los 29 se resintió de una lesión Molina y debió debutar el pibe Fernando Pirotta; y sobre llovido, empapado, cuando cinco minutos después cayó con el tobillo maltrecho el “Rulo” López y debió reemplazarlo Gerardo Masini. Fueron demasiado dos caídas en una defensa “muletto”. Figueroa debió pasar al fondo, pero el “albinegro” siguió siendo superior. Hasta que llegaría el segundo baldazo de agua fría, cuando Javier Rodas le ganó la espalda a Masini y dejó sin chances al arquero Ferreyra. Corría 45 minutos y todo se olvidaron que Cipolletti había sido superior a Brown. Algunos guardaron un fastidioso silencio, otros vomitaron insultos a diestra y siniestra. Pero los ánimos se calmaron en la segunda parte, porque los hinchas se dieron cuenta que este equipo, plagado de pibes, era puro empuje. Y como un ‘deja vu’ de los 45 iniciales, el local siempre tomó el protagonismo, con intentos internos y externos, con poca claridad pero mucha garra. Así se le perdió en forma increíble Canales luego de un desborde de Dómini. Y con una fórmula similar llegó al descuento. Al “Mono” Flores le hicieron penal y el “Toto” Méndez lo cambió por gol. El “albinegro” luchó con todas las armas que tuvo a mano, y estuvo cerca de empatar. Luego llegaría el vergonzoso final.

Silencio sepulcral en vestuarios

CIPOLLETTI (AC).- El ánimo del albinegro estaba por el suelo y la puerta de los vestuarios, cerrada. Al cierre de esta edición no hubo ningún tipo de declaración de parte del cuerpo técnico ni de los jugadores. Una vez que terminó el partido, el único dato que trascendió fue una reunión interna en la zona de vestuarios entre algunos de los miembros del gerenciamiento y el entrenador del equipo, Henry Homann. Los rumores de un posible alejamiento del cuerpo técnico volvieron a sobrevolar en la “Visera de Cemento” luego de la cuarta derrota consecutiva en el torneo (la quinta seguida si se le suma de la Villa Mitre del torneo pasado), pero la versión no pudo ser confirmada ni desmentida, ante el silencio de los actores. El único que accedió a brindar declaraciones fue el árbitro Leopoldo Gorosito. “El partido fue suspendido a los 42 minutos del segundo tiempo. El juez de línea que estaba ubicado del lado de la tribuna recibió unos proyectiles. Mandamos a los efectivos policiales e intentamos reanudar el juego, pero volvieron las agresiones”, le dijo a LU 19. Además agregó que “hasta el momento en que empezaron a tirar piedras el partido estaba normal. A nadie le gusta terminar de estar manera. Pensaba adicionar cinco minutos, pero lamentablemente terminó con las agresiones. Ahora armaré el informe que irá acompañado de los proyectiles que arrojaron”. El panorama del equipo es oscuro y ahora tendrá el complicadísimo desafío de despegar del fondo de la tabla enfrentando dos partidos de visitante. El primero de ellos en Pergamino frente a Douglas Haig.

La Visera fue un hervidero

La Visera de Cemento fue anoche un termómetro que tuvo variaciones a cada momento. Porque de entrada se pensaba que, por la actualidad del equipo, la cancha sería un hervidero. Y por momentos lo fue. Pero no siempre el número se condice con los estados de ánimo. Porque es cierto, todos los pronósticos indicaban que las tribunas estarían más “peladas” que nunca, pero a contramano de lo que se pensaba, hubo instantes de mucho aliento para los de Homann, como también estuvo lo malo, porque cayeron objetos en la cancha y sobre el final el cotejo estuvo detenido. Hubo nerviosismo, algo de histeria, silbidos, insultos y mucho apoyo. Un cóctel contradictorio que sólo lo explica el momento que atraviesa el “albinegro”. Porque Cipolletti perdía 2 a 0 y todo hacía prever que se desataría un tsunami contra los jugadores y el cuerpo albinegro, los insultos trocaron en aliento. Claro, las 2 mil almas que se acercaron a la Visera intentaron darle un espaldarazo a un equipo plagado de pibes, que empujaba contra viento y marea y regaba con sudor cada centímetro de la cancha. Esos hinchas que recibieron con total indiferencia a José Ancatén en su primera presentación con una casaca ajena luego de su escandalosa salida, le ofrendaron a este equipo un apoyo que fue en incremento a medida que pasaban los minutos. El entusiasmo tuvo su pico máximo cuando el “Toto” Méndez puso el descuento. El escándalo volvió a golpear la Visera, cuando sobre el final cayeron piedras y botellas y el partido terminó en suspensión y verguenza.


No puede ser más negra la actualidad de Cipolletti. Porque anoche no sólo sumó su quinta derrota consecutiva, sino que además fue protagonista de un nuevo escándalo, ya que el partido debió suspenderse cuando faltaban tres minutos para terminar el cotejo con Brown de Madryn. El “albinegro” perdía 2 a 1 cuando desde las dos tribunas comenzaron a caer proyectiles. Luego de esperar algunos minutos, y al ver que los ánimos no se calmaban, el árbitro Leopoldo Gorosito decidió la suspensión. Así, en siete días Cipolletti sumó una nuevo hecho de violencia -en Comodoro Rivadavia le expulsaron cuatro jugadores- y ahora seguramente habrá que esperar las sanciones del Consejo Federal. Desde el plano estrictamente deportivo hay que decir que este Cipolletti del “Ruso” parece “embrujado”. Corrían 4 minutos y ya perdía por 1 a 0 luego de un cabezazo de Alberto Barrionuevo; es cierto que la defensa perdió la marca en este gol, pero todo lo que vino después dejó un sabor más que amargo. En desventaja, el “albinegro” salió a hacer el desgaste, y tuvo las mejores situaciones. Siendo dueño del balón y filoso por los carriles con las llegadas de las pibes Figueroa y Dómini. Ellos tuvieron las situaciones más claras. Pero todas esas insinuaciones y posibles augurios de buena fortuna se fueron por los caños, porque a los 29 se resintió de una lesión Molina y debió debutar el pibe Fernando Pirotta; y sobre llovido, empapado, cuando cinco minutos después cayó con el tobillo maltrecho el “Rulo” López y debió reemplazarlo Gerardo Masini. Fueron demasiado dos caídas en una defensa “muletto”. Figueroa debió pasar al fondo, pero el “albinegro” siguió siendo superior. Hasta que llegaría el segundo baldazo de agua fría, cuando Javier Rodas le ganó la espalda a Masini y dejó sin chances al arquero Ferreyra. Corría 45 minutos y todo se olvidaron que Cipolletti había sido superior a Brown. Algunos guardaron un fastidioso silencio, otros vomitaron insultos a diestra y siniestra. Pero los ánimos se calmaron en la segunda parte, porque los hinchas se dieron cuenta que este equipo, plagado de pibes, era puro empuje. Y como un ‘deja vu’ de los 45 iniciales, el local siempre tomó el protagonismo, con intentos internos y externos, con poca claridad pero mucha garra. Así se le perdió en forma increíble Canales luego de un desborde de Dómini. Y con una fórmula similar llegó al descuento. Al “Mono” Flores le hicieron penal y el “Toto” Méndez lo cambió por gol. El “albinegro” luchó con todas las armas que tuvo a mano, y estuvo cerca de empatar. Luego llegaría el vergonzoso final.

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