Un dignísimo homenaje a Mozart

Concierto de la Sinfónica y el Coro de la Universidad Austral

El sábado pasado tuvo lugar en Neuquén la última presentación del espectáculo «La Juventud con Mozart», en el marco del III Concierto de Integración Argentino Chileno, en un escenario especialmente diseñado, para albergar a la importante cantidad de integrantes de la orquesta y el coro, en la calle Sarmiento entre La Pampa y San Luis en el bajo de la ciudad.

El gran espectáculo estuvo integrado con dos obras compuestas por Wolfgang Amadeus Mozart: «Sinfonía Nº 41 en do mayor K. 551 'Júpiter» en la primera parte. La segunda parte del concierto fue para el «Réquiem K. 626». Se presentaron para esta ocasión la Orquesta Sinfónica del Neuquén y el Coro de la Universidad Austral de Chile, la soprano Laura Romero y la contralto Marcela Caldirori de Argentina y el tenor Héctor Calderón y el bajo Sergio Gómez de Chile, todos bajo la dirección alternativa de Naldo Labrín y de Hugo Muñoz Sepúlveda.

La sinfonía Nº 41 en do mayor es la última compuesta por Mozart y es una obra atractiva e intensa al mismo tiempo. Así como el Don Giovanni estaba anticipando la gran ópera que vendría de la mano de Verdi y Puccini, esta sinfonía ya estaba anticipando las grandes del período romántico. Hasta el mismísimo III Movimiento, Minuet, ya deja de ser una pieza común a este estilo para irrumpir claramente en lo que luego serían los terceros movimientos de las sinfonías posteriores, es decir: Scherzo. La Orquesta Sinfónica del Neuquén ya había tocado esta sinfonía en el año 2005 bajo la dirección de Ligia Amadío. En esta ocasión la sinfonía sonó muy bien impecablemente dirigida por Naldo Labrín. Fraseo y rango sonoro más que brillantes constituyeron una representación realmente formidable.

El «Réquiem» es la obra con la que Mozart estaba trabajando cuando ese día 5 de diciembre de 1791 se produjo su deceso. Es magnífico bajo todo punto de vista. De los tres Réquiem más importantes, junto al de Verdi y al de Fauré, este es muy profundo, muy espiritual, misterioso al igual que la idea de la muerte. Esto es lo que requiere de una orquesta, coro y solistas que entiendan estos aspectos íntimos de la obra.

A esta altura del concierto se pudo apreciar el alto grado de preparación de todos los integrantes. Laura Romero cantó muy bien. Canto atractivo y refinado. La contralto Marcela Caldirori estuvo muy bien en todas sus intervenciones. El tenor Héctor Calderón muy eficiente y el bajo Sergio Gómez de muy buena línea de canto junto a un coro excelentemente bien preparado por Hugo Muñoz, que también tuvo a su cargo dirigir a la orquesta, en una labor brillante.-

Cantantes que estuvieron a la altura de las circunstancias, un coro y una orquesta que acompañaron de la mejor forma fueron los responsables de un merecidísimo homenaje a Mozart a 250 años de su nacimiento.

 

HORACIO SAN MIGUEL


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