Un dino rionegrino en Buenos Aires

Es el Austroraptor Cabazai, hallado en Lamarque. Una réplica será expuesta en Europa en el 2009.

BUENOS AIRES (Télam).- El paleontólogo Fernando Novas presentó ayer en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia una reconstrucción en tamaño real del dinosaurio Austroraptor Cabazai, un depredador descubierto en Río Negro que es único en el mundo.

«Fuimos por la figurita difícil y nos encontramos con este maravilloso animal que, entre los dinosaurios carnívoros, es de un linaje diferente, más grácil en su cuello -parecido al de una garza-, que marca una estrategia adaptativa distinta y permite ver cómo era la fauna de los dinosaurios que habitaban la Patagonia 70 millones de años atrás», afirmó Novas.

El raptor, que vivió hace 70 millones de años, medía unos cinco metros de longitud y poseía un cráneo bajo y alargado armado con numerosos dientes pequeños y puntiagudos.

«¡Hay una garrita, hay una garrita!», gritó el investigador que llegó al tesoro y quedó registrado en un documental de la exploración. «El hallazgo de la pata permitió saber el tamaño y calcular el volumen y el peso del primer ejemplar de Austroraptor Cabazai, cuya investigación inspirará más de una monografía y tesis doctoral», comentó Novas, quien lideró el equipo de 26 personas que realizó la excavación y reconstrucción del esqueleto.

El científico enfatizó la importancia del rasgo de brazo corto del animal, porque «es el primero en su estirpe que posee una adaptación diferente».

Este ejemplar único «no solamente es más gigantesco y pertenece a otra estirpe de raptores sino que es el que más se acerca al momento de la extinción de los dinosaurios, cinco millones antes del colapso quizá a causa de un meteorito; nadie lo sabe». «Nadie se imaginaba que en la Patagonia iban a aparecer dinosaurios de esta estirpe de semejante tamaño».

Una copia en resina poliéster del esqueleto reconstruido del nuevo dinosaurio formará parte de una exposición itinerante de dinosaurios argentinos que será montada el año próximo en Europa y se inaugurará en abril en Alemania.

En la tarea tuvo un rol «sumamente importante» el museo vocacional Lamarque, organizado por el recientemente fallecido Alberto Cabaza en la localidad rionegrina de igual denominación, que alberga los huesos hallados. El trabajo fue financiado por la Municipalidad de Lamarque y la National Geographic Society.

El hallazgo se produjo en el Bajo de Santa Rosa, zona central de Río Negro, en un sector árido de bajos y depresiones en el que crecen pocas plantas y «que a los paleontólogos nos encanta porque podemos ver las rocas directamente».


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