Un “empate” que podría desangrar al país
Análisis
EL CAIRO (AP).- Muammar Gaddafi está a salvo por ahora en la capital libia, rodeado por sus seguidores y milicias. Los rebeldes controlan una gran extensión territorial en el oriente y varios poblados, cada vez más cerca de la capital. Pero ninguno parece capaz de vencer al otro, al menos en el corto plazo. El destino de este país rico en petróleo puede depender de cuánto tiempo conserve Gaddafi la lealtad de los militares, mercenarios y tribus que aún lo apoyan. También será crucial saber si Occidente decide emprender acciones militares para poner fin a este violento estancamiento. Los analistas advierten que podrían pasar meses hasta que Gaddafi, el líder libio desde hace 41 años, deje el poder. La posibilidad de un conflicto extendido podría arruinar a esta nación de amplio territorio y baja densidad demográfica, que podría dividirse en grupos tribales, perder su riqueza petrolera y forzar a miles a asilarse en otros países africanos o, cruzando el Mediterráneo, en Europa. Gaddafi no ha dado señales de que esté dispuesto a dejar el poder. Es más, ha jurado luchar hasta el final. “Gaddafi está arrinconado. Lo mejor que puede esperar es recibir asilo en Zimbabwe o quizás Chad’’, dijo Marina Ottaway, directora del programa sobre Medio Oriente del grupo académico Carnegie Endowment. “La pregunta principal es por cuánto tiempo tendrá a gente dispuesta a defenderlo’’. Una intervención extranjera podría inclinar la balanza. Pero pasará algún tiempo antes de que la comunidad internacional llegue a un consenso sobre qué debe hacerse militarmente. Muchos analistas creen que EE. UU. y las naciones europeas podrían no querer involucrarse en un nuevo frente mientras sigan involucrados en Irak y Afganistán.
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