Un emprendimiento que crece

Hoy sus productos viajan a distintas ciudades de la Patagonia.

David Calistro y su hermano Job lograron instalar la fábrica a partir de un pequeño subsidio a microemprendedores.

Animales característicos de la Patagonia, como lobos marinos, orcas, pingüinos y ballenas, son fuente de inspiración para muchos de los souvenirs que tienen más salida.

Desde que eran chicos, los hermanos David y Job Calistro emprendieron un taller de cerámica que dependía de la municipalidad. Así nació el emprendimiento que hoy es una fábrica de cerámica que distribuye productos en toda la zona y da empleo a varios jóvenes. La propuesta es amplia, porque a trabajo hormiga fueron desarrollando la empresa que es hoy y semanalmente distribuyen sus productos especialmente en Chubut. En 1993 recibieron un aporte para un microemprendimiento, en ese entonces con 1.500 pesos. Allí arrancaron, sin créditos bancarios, porque confiaban que con las ventas recuperarían la inversión. Obtuvieron el conocimiento del manejo de la cerámica cuando eran adolescentes, en Bariloche, donde se iniciaron en la actividad ayudando en las horas libres a unos vecinos. Más tarde se capacitaron y dieron clases en una escuelita de bellas artes de Sierra Grande. Al principio confeccionaban artículos de regalería, pero ganó el mercado la importación China, y la producción local perdió el valor del costo original. Estudio de mercado en mano, comenzaron a confeccionar productos regionales. Era empezar con todo otra vez, porque había que crear nuevas figuras, matrices de portalápices, ceniceros, tazas, chops o simplemente adornos con forma de animales de la Patagonia como lobos marinos, ballenas, orcas o pingüinos. Con la nueva propuesta comenzaron a repuntar, tuvieron mayores perspectivas y hasta lograron comprar una propiedad en un sitio estratégico para vender sus productos al público y montar su fábrica. La distribución es masiva. En un recorrido por la fábrica, Paola, la guía ocasional, contó que distribuyen en Puerto Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia, el resto de la costa atlántica de Río Negro y Chubut y en la ciudad de Neuquén. David Calistro observa con orgullo que antes ellos iban a buscar los clientes y ahora “nos buscan a nosotros”. El proceso Las matrices y moldes los fabrican los hermanos Calistro, los diseños son originales y se renuevan cada tanto. David explica el proceso de los productos de cerámica: primero se realiza el llenado del molde, luego se hace un pulido de la pieza y una vez seco pasa a un horno con una temperatura de 900 grados. Después de la primera horneada algunas piezas quedan casi terminadas, pero otras se esmaltan y vuelven al horno a una temperatura de 1.050 grados, tras lo cual el producto queda disponible para la decoración con calcos o pintura. La producción se realiza en serie y una pieza queda terminada al cabo de una semana.


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