Un «escrache» a Sobisch que llegó por el río

NEUQUEN (AN).- «Por el agua, por la tierra, Sobisch asesino, nunca te daremos tregua», cantaron ayer un grupo de muchas mujeres y algunos hombres que casi simultáneamente realizaron escraches en la Residencia de la Costa del gobernador, junto al río Limay.

La movida por tierra firme comenzó alrededor de las 16.20 y se concentró en Tres Arroyos (la calle de la residencia) y Los Cobres en medio de un impresionante movimiento de vehículos en el acceso principal al edificio. A modo de señal de tránsito, marcaron sobre el asfalto: «nido de asesinos» con flechas amarillas. A la vez otro grupo, colgó bombachas, corpiños y otra ropa interior femenina junto a un cartel que decía «grupo de elite parapolicial». Es que entre los que hicieron el «escrache» hay militantes feministas.

Al tiempo que un VW Gol gris -con barbados efectivos de civil- recorría todo la zona aledaña al manso barrio ribereño, una camioneta Ford Ranger blanca (con otro par de disimulados policías) iba y venía por el lugar, haciendo base en el balneario municipal.

La protesta, que incluyó pegatina de carteles con la imagen del maestro Carlos Fuentealba, duró apenas veinte minutos.

Un instante más tarde, nueve canoas llegaron hasta la costa de la residencia, para desconcierto de los policías, que estaban concentrados en la puerta de entrada. Temieron que hubiera una suerte de desembarco que no se concretó. Sólo se repitió la consiga que promete escraches por «el agua y por la tierra».

Desde hace diez días, Sobisch está recluido en la residencia oficial, de la que salió ayer, cinco días después de la marcha que pidió justicia por Fuentealba y su renuncia.


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