Un gasoducto que parece dejar de ser un sueño

BUENOS AIRES (DyN).- El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, destacó ayer que lo más importante de los convenios trilaterales firmados el jueves por Brasil, Venezuela y Argentina para construir un gasoducto conjunto «es la impronta política que impulsaron los tres presidentes» y aseguró que «la financiación es un problema secundario».

De Vido aclaró a Radio Del Plata, que el acuerdo para crear un gasoducto que abastecerá a los tres países «no es» para contrarrestar un eventual aumento de precios del gas de parte de Bolivia, sino que es para «aumentar las reservas» de toda la región.

De Vido admitió que «si bien en territorio nacional» las reservas de petróleo «podrían estar limitadas».

Pero inmediatamente acotó que desde el Gobierno «apostamos fuertemente a que haya reservas en territorio submarino» del golfo San Jorge y destacó los beneficios de la alianza estratégica para explorar petróleo en la cuenca venezolana del río Orinoco, a través de las empresas estatales de ambos países, Enarsa y PDEVESA en conjunto con empresas privadas.

«Sin duda, de todo lo que se firmó, el Orinoco es uno de los puntos más relevantes porque las dos empresas van juntas en la exploración en adelante, más allá de que no haya petróleo en la cuenca San Jorge», señaló De Vido.

Consultado sobre si es cierto que en Argentina habría reservas de petróleo sólo para los próximos 9 años, De Vido aclaró que «este convenio indicaría que no», pero admitió que «en territorio nacional podría estar limitado».

«Nosotros apostamos fuertemente que en nuestro territorio submarino, por la estructura geológica que tiene, pudiera haber petróleo, pero sin embargo la Argentina tiene la obligación, con todas las herramientas que tiene, con su empresa estatal que es Enarsa, de salir a ampliar sus reservas de petróleo aún fuera del país», explicó al justificar el acuerdo y compararlo con la adquisición por parte de la española Repsol, de un país no petrolero, de la empresa YPF.