Un giro interminable

<b>La vuelta de honor la hizo muy despacio, para poder disfrutar.</b>

Estaba terminando la final del Super TC 2000 y el reginense Gianfranco Collino todavía seguía con el buzo antiflama puesto, bañado en champán. Era como si quería detener el tiempo, quedarse en el autódromo, si bien sabía que en Regina lo estaban esperando. Mil y un abrazos, el más emotivo con su papá Alejandro, a quien la final se le hizo interminable.

En el vip que armó uno de sus auspiciantes, Gianfranco contó cómo fue la vuelta que dio en el circuito después de la victoria.

“Lo que aceleré el auto, espero que Hugo (por Bini, el motorista de todos los autos de la Fórmula Renault) no se enojé. No sabía que hacer. Lo de la gente fue algo que me hizo emocionar”, recordó Gianfranco de lo que fue la vuelta de honor.

“Fue muy fuerte ver a los chicos del equipo tan emocionados como yo o mi familia en el podio. La verdad, esto es difícil de olvidar”, comentó el reginense antes de seguir festejando


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