Un guardia habría sido muerto por la propia policía
El fiscal aseguró que la forma en que murieron los uniformados no está clara y que investigan si el que era llevado de rehén por un grupo de presos, murió por una bala policial.
CORDOBA (Télam).- La justicia de Córdoba sospecha que uno de los guardiacárceles muerto en el motín de la Penitenciaría de la capital cordobesa que se extendió por un día, murió de un balazo disparado por un policía cuando era llevado como rehén por los presos que pretendían escapar del penal en un camión.
Durante la jornada de ayer, el fiscal Javier Praddaude, dijo que «por ahora, la forma en que murieron los uniformados no está clara». No descartó incluso que un policía pueda quedar imputado por la muerte de un guardiacárcel.
Adelantó además que «se están recolectando pruebas» sobre cómo murieron dos guardiacárceles y un policía durante el motín, y que esperará el resultado de «las autopsias para tomar una decisión» judicial al respecto.
En el motín ocurrido en la penitenciaría de Córdoba murieron cinco presos y los guardiacárceles Andrés Abregú y Pablo Ferreyra y el policía, Roberto Cogote.
Hasta ahora, por declaraciones de testigos, pericias preliminares y estudios balísticos, se sospecha que el policía Cogote murió por una ráfaga de disparos efectuada con un fusil FM K3 y disparada por uno de los presos que se amotinó. Por su parte, se sospecha además que el guardiacárcel Ferreyra también murió baleado por parte de uno de los reclusos.
En cambio, en el caso de Abregú, la sospecha es que pudo ser víctima de un balazo policial, agregaron las fuentes.
Según la investigación, «Abregú había sido tomado como rehén por un grupo de 16 reclusos, que intentaron huir del penal en un camión del Servicio Penitenciario de Córdoba» a las pocas horas de iniciado el motín el jueves pasado por la tarde en la penitenciaría de Córdoba.
En ese episodio, tres de los reclusos murieron por balas del operativo policial desplegado en el perímetro del penal y los otros 13 fueron recapturados. Ahora, la sospecha es que el guardiacárcel Abregú murió en ese episodio cuando era rehén de los presos y que el disparo que lo mató lo efectuó un policía.
En tanto, ayer se supo que uno de los cinco presos que murió durante el motín, era uno de los detenidos al que una supuesta mafia policial y judicial iba a sacar del penal mediante «oficios truchos» para facilitar su evasión.
Se trata de un hombre de 35 años, nacido en Capital Federal, quien purgaba una pena de ocho años de prisión por el delito de robo calificado y a quien se lo identificaba como Miguel Angel Acuña, aunque, según fuentes judiciales tucumanas -provincia de la que era oriundo-, ese no era su verdadero nombre.
Según la investigación de la justicia tucumana, una organización atribuía delitos inexistentes a delincuentes que ya estaban detenidos y luego, mediante oficios truchos, conseguían su traslado desde Córdoba a Tucumán, para facilitarles una evasión. En el caso de este preso, no llegó a concretarse su traslado, ni su evasión.
Por este episodio y por el intento de «sacar» al preso de la penitenciaría cordobesa, están detenidos el oficial Enrique Díaz y el agente Sergio Escobar, ambos de la Policía de Tucumán.
Ambos están alojados en la cárcel de Bower a la espera de que se resuelva su situación procesal.
Nota asociada: «Deben salir cuando Dios se los lleve»
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