Un hombre asesinó a su esposa, a uno de sus hijos

Utilizó un cuchillo, con el que además se provocó varias heridas en el cuerpo.

SENILLOSA (AN)- «Ayúdeme, me están matando a los chicos». Cubierta de sangre de la cabeza a los pies, Ruth Pereyra buscó auxilio entre sus vecinos después de que su esposo Oscar Mario Zafita la apuñalara varias veces en el cuerpo. Pese a sus esfuerzos no pudo salvar su vida ni la de su hijo mayor Nicolás, de 9 años, mientras que el más chico, Noel, de 2, quedó gravemente herido. Todos fueron víctimas de la furia homicida del hombre que varias veces la había golpeado en los años que llevaban juntos, hasta culminar esa relación enfermiza con un baño de sangre e sábado a la medianoche en la vivienda que ocupaban.

El nuevo drama familiar, otro más que sacude a la región, tuvo por escenario esta vez una vivienda clase media en el barrio Fonavi de esta localidad. Allí, Zafita apuñaló a su esposa y a sus dos hijos al parecer presa de una crisis porque ella se negaba a reanudar la convivencia. Sólo el más pequeño sobrevivió. Después se provocó cortes en el vientre y el pecho con el mismo cuchillo, y ahora está internado pero fuera de peligro. Cuando reciba el alta irá directo a la cárcel porque está acusado de «doble homicidio calificado», que se castiga con prisión perpetua.

De acuerdo con las autopsias, Nicolás Mario murió de inmediato y Ruth sobrevivió tres horas. Anoche, Noel se debatía entre la vida y la muerte.

No hay testigos del furioso ataque. Sólo lo que escucharon los vecinos a través de las paredes, y que no fue una pelea más de lasque estaban acostumbrados a oír por las noches.

De acuerdo con la información que «Río Negro» pudo obtener a través de los vecinos, la fiscalía y la Policía, Ruth (33 años) y Zafita (39) habían resuelto separarse hace poco más de dos semanas. El hombre dejó la casa y no hay certezas sobre dónde dormía.

«El la golpeaba, incluso ella hizo la denuncia en la comisaría. Lo aguantó hasta que un día dijo basta y le pidió que se fuera de la casa», señaló uno de los vecinos. La existencia de la exposición policial fue confirmada por una fuente judicial, pero una vez más la prevención estuvo ausente.

Ruth es maestra jardinera, y los vecinos indicaron que fue candidata a concejal por Opción Federal, que en la boleta postulaba para la intendencia al mismo candidato que el Movimiento Popular Neuquino. No logró acceder a una banca, pero le habrían prometido un trabajo en el área de Hacienda en la gestión que asumirá el 10 de diciembre.

Zafita, en tanto, es chofer de camiones pero tendría un trabajo regular; por eso se las rebusca vendiendo rifas.

Cada dos o tres días, Zafita regresaba a la vivienda del barrio Fonavi, un dúplex identificado con el número 241 que da a una amplia calle junto a la que corre una frondosa alameda. Allí visitabaa sus hijos pero sin franquear jamás la puerta. Ruth sólo le permitía que diera un paseo con ellos. Los vecinos creen que el hombre tenía un vínculo especial con Nicolás, era frecuente verlo alentándolo cuando el niño jugaba al básquet en el CEF. Hoy la escuela 268 a la que asistía estará cerrada por duelo.

El sábado a la noche, sin embargo, Zafita pudo entrar. Cómo lo hizo, es materia de investigación. Hay varios llaveros secuestrados, para determinar si alguno tiene la llave de la vivienda y si estaba enpoder del homicida.

«Yo no creo que ella le haya permitido entrar», especuló un vecinoque prefirió no dar su

nombre. «Una vez que logró sacarlo de la casa, no iba a permitirle que regresara. Para mí el tipo golpeó y entró de un empujón cuando ella abrió la puerta para ver quién era»,añadió.

Como sea, Zafita logró acceder al interior de la vivienda. Eran alrededor de 23.30. Los vecinos lo recuerdan porque a esa hora empezaron a escuchar los gritos. Y después, golpes.

Al parecer la agresión contra Ruth se desencadenó en la planta alta, donde están los dormitorios. El desorden y las manchas de sangre así lo indican. Zafita habría utilizado un cuchillo de cocina, «más ande que un Tramontina», según una fuente, para apuñalar a su esposa.

Ella logró escaparse, ya herida. Bajó por las escaleras y buscó la puerta para huir, pero la encontró cerrada. Así que abrió desesperada la ventana y salió por allí.

Es muy probable que antes de abandonar la vivienda, Ruth haya observado que su esposo atacaba a los niños. La mujer corrió desesperada hasta la casa del vecino y golpeó con insistencia la puerta. Sin respuesta, siguió hasta la casa próxima. Entonces la llamaron desde la primera vivienda, y allí entró.

Vestía remera y pantalón de jean, y estaba cubierta de sangre pero lúcida. «Me está matando a los chicos», gritaba con angustia. El vecino llamó porteléfono a la policía y fue hasta la casa de al lado.

Ingresó junto con los efectivos, y vio a Nicolás tirado en el comedor en medio de un charco de sangre. Ya había muerto. Noel, que estaba a punto de cumplir tres años, había quedado junto a la cama en la planta alta. Un policía le hizo masajes en el pecho y logró reanimarlo, por lo que de inmediato fue cargado en una ambulanciay trasladado al Hospital Castro Rendón.

Ruth también fue trasladada al hospital con profundas puñaladas enel vientre, el cuello y la espalda. A las tres de la mañana murió.

En cuanto a Zafita, lo encontraron en el baño, herido y respirando con dificultad. «Parece que intentó clavarse el cuchillo pero no lohizo, sólo se cortó», dijo una fuente de la causa.

Anoche permanecía en una habitación del cuarto piso del hospital, con custodia policial permanente. Está detenido, acusado de cometer la masacre. Se encuentra lúcido pero no habla con nadie, indicaronlas fuentes consultadas.

El fiscal subrogante en Homicidios, Ignacio Cano, dispuso una serie de diligencias para tratar de esclarecer los puntos oscuros quequedan en el caso. «En principio aparece como un crimen pasional pero queremos conocer los detalles», indicó.

SENILLOSA (AN)- La explosión de furia que vivió Oscar Zafita no encontraba ayer explicación ni entre sus vecinos ni entre los investigadores. Pero tiene amplios antecedentes en la región.

Uno de los casos referenciales en materia de asesinatos múltiples dentro de la familia es el que tuvo como protagonista a Sara Ibáñez, la mujer que mató a su esposo y sus dos hijos en Cutral Co poco antes de la Navidad de 1999. Por esos crímenes fue condenada a prisión perpetua. Aunque nunca se profundizó en los motivos, una reacción a los supuestos golpes que ella sufría habría guiado su conducta.

Sin llegar al homicidio, otro caso de fuerte repercusión fue el ataque de Mario Garoglio contra su esposa, Ivana Rosales, en Neuquén capital en abril de 2002.

Enceguecido por los celos, el hombre la golpeó hasta desfigurarla y cuando la creyó muerta la cargó en el baúl de su automóvil. En vez de llevarla al hospital, fue hasta su casa y después se presentó en la comisaría.

Garoglio fue condenado pero sigue en libertad porque apeló la sentencia.

Nota asociada: La secuencia de la agresión Un poema revelador Conmoción frente a una calle de tierra    

Nota asociada: La secuencia de la agresión Un poema revelador Conmoción frente a una calle de tierra  


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios