Un incendio devoró una casa en minutos

SAN FRANCISCO III

Adrián Galván, su mujer y su pequeño hijo estaban durmiendo y hacia las 5 de la madrugada algo los despertó, un ruido, tal vez el olor. Fue una alerta providencial porque las llamas ya habían comenzado en el taller que este matrimonio de artesanos tenía en la casa que desde hacía seis años venían levantando con esfuerzo. Alcanzaron a sacar algunas cosas y nada más: en minutos la construcción estaba destruida y lo que quedaba en pie había adquirido el aspecto del carbón.

La vivienda, ubicada en Quito al 300 del barrio San Francisco III, queda en el fondo de la propiedad de los suegros de Adrián, que linda, sin medianera, con una vivienda de monjas de la parroquia Nuestra Señora del Valle.

Como las llamas no saben de jurisdicciones y la casa religiosa también es de madera, una de las paredes comenzó a arder, transmitiendo el incendio al techo y al interior.

Adrián no deja de lamentar que la manguera no tuviera unos metros más porque cuando se despertó, a las 5, las llamas tenían el tamaño de una pelota de básquet. “Ni para hacer un asado alcanzaba ese fuego”, contó. En vano intentó apagarlas con un balde.

Dicen él y su esposa que los Bomberos tardaron una eternidad pero admiten que no podrían medirlo en minutos sino en grados de desesperación. Primero llevaron al pequeño niño, de 4 años, a la vivienda de los abuelos. Luego sacaron la heladera, algo de artesanías (hacen tablas de madera), ropa, pero el resto se perdió o se arruinó.

En la parroquia el obispo de Bariloche, Juan José Chaparro, explicó a “DeBariloche” que las tres religiosas que viven en la construcción pudieron escapar de las llamas sin inconvenientes.

Algunos vecinos que se acercaron, junto con las religiosas, comenzaban en la mañana de este miércoles a tratar de recuperar los elementos, la ropa y los muebles que, si no se quemaron, quedaron ennegrecidos e impregnados del terrible rastro del fuego.

DeBariloche