Un incendio que dejó mucho más que cenizas

El incendio intencional registrado en la madrugada del miércoles pasado en el ex edificio de la escuela primaria 316 del barrio 25 de Mayo, en el que trabajaban distintas organizaciones para atender a chicos y jóvenes en situación de riesgo, dejó como saldo no sólo grandes pérdidas materiales, sino también una enorme preocupación por la situación de un grupo de jóvenes que serían los autores del hecho.

Pese a los intentos por lograr incluir al cuestionado grupo, hasta el momento los esfuerzos fueron infructuosos. El incendio que destruyó lo que con esfuerzo muchos chicos y jóvenes habían logrado, motivó que en los últimos días se redoblaran los esfuerzos, no solamente para recuperar lo perdido, sino también por incluir a quienes por ahora tienen a mal traer a la gran mayoría de los vecinos de ese sector de la ciudad.

En el edificio que quedó totalmente destruido funcionaba la biblioteca popular del barrio, al igual que un ropero comunitario, y era el espacio con que los adultos mayores contaban para desarrollar distintas actividades, como clases de gimnasia y manualidades.

El mismo lugar también albergaba el funcionamiento del ECIS, el programa Espacio Comunitario para Integración Social, donde más de 30 chicos de esta barriada asistían a clases de música, talleres de computación, de talabartería y carpintería. Instrumentos, herramientas, equipos de computación, todo quedó inutilizable.

Vecinos del barrio 25 de Mayo, dirigieron sus miradas hacia un reducido grupo integrado por entre 8 y 12 personas, en su mayoría jóvenes, que utilizaban una pequeña habitación próxima al edificio de la ex escuela como un aguantadero.

“Todos sabemos quienes son, pero no creo que nadie se anime a acusarlos abiertamente”, apuntaron vecinos del barrio que prefirieron mantener en reserva sus identidades. “Mirá si pasó esto con la escuela, en cualquier momento puede pasar algo similar con la casa de cualquier familia, y va a ser peor porque puede haber personas adentro”, agregaron.

El accionar del grupo tiene a mal traer a los vecinos desde hace tiempo. “En el barrio se producen robos de cosas, ante cualquier descuido pasan y te lo llevan”, señaló uno de los vecinos, mientras que otro apuntó que “permanecí toda la noche despierto porque me habían robado algunas cosas, y estaba esperando que volvieran”.

Ni siquiera el centro comunitario está a salvo de los robos, ya que a poco menos de un mes de haber inaugurado ese espacio, lindero con el ex edificio de la escuela, ya fueron blanco de robos. “Se llevaron de todo, desde materiales hasta los inodoros y juego de grifería”, agregaron.

Pablo accinelli

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