Un millar de chicos aplaudió la película escolar

Se concretó con éxito el estreno de «Secuestro». Reconocimiento de alumnos a los jóvenes cineastas.

EUQUEN (AN).- No hubo butacas ni alfombras: el público se sentó en el piso. Al principio fue difícil ordenar la tropa de adolescentes que sólo callaron cuando las imágenes inundaron una sábana blanca en la que, apenas aparecieron las primeras imágenes, se clavaron todas las miradas.

Después vinieron las exclamaciones, los silencios, las emociones… y finalmente los aplausos; para completar la síntesis perfecta de la cinematografía. Un millar de alumnos del CPEM 23 asistió ayer a la presentación oficial de la película «Sucuestro», rodada y protagonizada por estudiantes del establecimiento durante 200 horas y fuera del horario escolar. El elenco tuvo seis protagonistas principales y un total de 15 colaboradores. La experiencia, iniciada hace dos años, tuvo su cierre dorado con el reconocimiento a los protagonistas por parte de sus compañeros.

«Secuestro» se presentó en cuatro funciones, dos en cada turno, en la galería del establecimiento cuyo frente está oculto a la vista de la mayoría, cubierto por los galpones del «mercado de pulgas» de esta ciudad. La ventanas y las puertas de la galería lucieron ayer hojas de diarios y bolsas de naylon negro abiertas y extendidas que alcanzaron para frenar la luz exterior. Así, desde la misma puerta de entrada, el colegio destiló la particular magia del séptimo arte.

Dos técnicos de Cultura se encargaron de las cuatro proyecciones de alrededor de una hora cada una. Lo hicieron con el proyector y equipo de sonido del cine móvil que el organismo provincial utiliza para salir al interior de la provincia. «Estoy muy contenta, creo que la propuesta pegó muy bien en los chicos, hay muchos que se han acercado con interés de sumarse, de hacer cosas», afirmó Liliana López, la madre de la iniciativa. López es profesora de teatro y en el CPEM 23 trabaja como bibliotecaria.

La película es dura y tiene diálogos crudos. Se trata del relato del secuestro de una arquitecta adinerada por parte de un par de rateros que buscan «salvarse» de un día para otro. La historia es rápida, como el ritmo que marcan los rap latinos y anglosajones que acompañan prácticamente todo el guión, y en un final abierto se dejá entrever que el cabecilla de la banda se queda con todo menos con las culpas.

«El guión es de todos los chicos, se amoldó a los que ellos aportaron», apuntó orgullosa la directora de la película que se hizo una pequeña cámara familiar.

Ahora vienen tiempos de nuevos esfuerzos, para equipar al taller de cine y -con mejores medios- poder rodar una nueva película donde los estudiantes vuelvan a ser motor y el alma del proyecto. «Los pibes se reengancharon, algo que no es fácil», admitió uno de los técnicos de la dirección de Cultura, mientras hacía las valijas en las que viajan los equipos de audio y video.

El edificio del CPEM 23 tiene espacios físicamente poco amables. No obstante, en cada rincón aparecen expresiones artísticas: murales, pinturas, dibujos y hasta la exhibición de películas gratis y en video a contra turno todos los viernes. En noviembre, el colegio hace la semana de las artes donde se exhiben muestras artísticas de esculturas y dibujos, además de presentaciones de espectáculos en el gimnasio y de la actuación de las cuatro bandas de rock de los estudiantes.


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