Un neuquino cazó ballenas en el desierto peruano

NEUQUEN (AN).- Federico Poblete cambió el yacimiento gasífero de Loma de la Lata por «Quebrada Pajaritos». Y reemplazó a los gigantescos huesos de dinosaurios por otros de menor talla pero igualmente seductores: de tigres dientes de sable, perezosos gigantes; y también de criaturas marinas del mioceno superior, de hace unos cinco millones de años.

Poblete es técnico paleontólogo del museo de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) y viajó a los desiertos que rodean a la ciudad peruana de Piura a capacitar a colegas del país incaico donde, hasta ahora, no le habían otorgado la debida importancia al recurso paleontológico.

Bajo soles de fuego y en medio de una paisaje de pocos arbustos achaparrados, Poblete cuenta que se acostumbró a andar entre iguanas y lagartos. Y también se sorprendió por la tranquilidad que empapa a los peruanos de tierra adentro.

«Trabajamos en un campo privado que está a cargo de un señor que está colgado en una hamaca, rodeado de perros que no dejan de ladrar. Estábamos a unos 200 metros de una casa y al primer ruido fuerte, ladraban a más no poder, y ese era el único ruido que retumbaba», explicó el técnico que por primera vez en casi dos años salió del yacimiento de Los Barreales y que este fin de semana volvió a la región.

La «Quebrada Pajaritos» está a unos seis kilómetros de Piura, que a su vez se ubica a 996 kilómetros de Lima, la capital peruana. En rigor, Piura está bastante lejos de todo.

No es la primera vez que los técnicos de la región salen a otros puntos de América Latina a enseñar cuál es la manera correcta y más efectiva de rescatar fósiles.

«Afortunadamente nuestro equipo (por el que trabaja en el yacimiento paleontológico de Los Barreales) se ha destacado como referente a nivel de desarrollo de las técnicas aplicables a la paleontología, ya fuimos a Santiago de Chile y a Rio de Janeiro a dictar cursos, prácticas de campo y laboratorio», contó Poblete.

En los últimos días en tierras peruanas, luego de andar entre los restos de la megafauna (grandes mamíferos) del período cuaternario, el técnico neuquino y sus colegas peruanos trabajaron en un yacimiento de fósiles marinos.

«En el sitio hay ballenas enanas (de cuatro a cinco metros) peces, tiburones, cocodrilos, tortugas y bivalvos de todo tipo; ya completamos la extracción de dos ballenas: una es muy pequeña pero conserva el cráneo, que es lo primordial en estos bichos y la segunda fueron bochones de más o menos 400 kilogramos, también con cráneo», explicó.

El viaje de Poblete fue posible gracias a las gestiones de la rectora de la UNC Ana Pechen de D'Angelo, del secretario de Extensión, Marcelo Loaiza y de su padrino en la actividad, el paleontólogo Jorge Calvo, a cargo del centro paleontológico Los Barreales.

La Universidad Nacional de Piura facilitó los pasajes desde Lima a esa ciudad, y se encargó del hospedaje y la pensión. El sitio ha revelado un excelente potencial paleontológico y es conducido por el investigador Noel Martínez Trouve.

El científico, que busca la manera de conseguir financiamiento para la campaña y transformar al lugar como una alternativa turística, tuvo la idea de convocar a Poblete para que les enseñe las técnicas para la construcción y armado de megabochones (la protección de yeso que se les da a los fósiles). También se ha encargado de transmitir su experiencia en exploraciones de terreno, rescate, restauración, moldes y réplicas.

«Hay sido una experiencia fantástica, pero ya tenía ganas de volver», admitió Poblete, un experto cazador de dinosaurios que, tras unos días en familia, ya planifica su regreso a Los Barreales.


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