Un nuevo año nació en Tiwanaku

Los aymara recibieron el 5.517 de su calendario. La etnia de Evo Morales pidió paz y prosperidad.

TIWANAKU, Bolivia (AFP) – Con manos extendidas hacia el cielo y una temperatura de 6 grados bajo cero, miles de personas recibieron ayer los primeros rayos del Tata Inti (dios Sol) en la ciudadela de Tiwanaku, en coincidencia con la celebración del solsticio de invierno austral, que marca el inicio del año nuevo aymara 5517.

La muchedumbre llegó al templete descubierto de Kalasasaya en pos de la energía astral, mientras las ´mesas´ y ´khoas´ (tributos al sol) ardían en piras, que le conferían al lugar un ambiente solemne impregnado de misticismo, cargado de ritos y simbologías esotéricas ancestrales.

Centro de ceremonias andinas, Kalasasaya albergaba a ´kallaguayas´ o chamanes, ´achachilas´ y ´amautas´ o sabios indígenas, maestros yogas de la cultura oriental, y miles de aymaras y quechuas, además de un puñado de turistas en su mayoría europeos.

Previamente los ´amautas´ levantaron una pira donde depositaron una ´mesa´ (ofrenda al Tata Inti, dios sol) para recoger los favores para una buena cosecha y pedir paz y prosperidad para el país y sabiduría para el presidente Evo Morales, originario de la etnia aymara. Una ofrenda de incienso y copal recibió los primeros rayos del sol, a las 7.15 locales en los 3.800 m de altitud en Tiwanaku o Tihuanaco, mientras el fuego de la fogata desafiaba el intenso frío de la pampa andina.

Horas antes, los aymaras ofrendaron también una «wajtha» (tributo) a la ´Pachamama´ (madre Tierra) en el cierre del año viejo. El ´mallku´ (´dignidad´, en aymara) entregó luego una ofrenda consistente en coca (la hoja sagrada andina), licores, dulces, incienso y copal.

Una visitante de la etnia chilena mapuche que participó del rito expresó «esperanza de que (en el nuevo año) los pueblos indígenas puedan finalmente ser reconocidos y que los Estados puedan ver con claridad la realidad que estamos viviendo como pueblos indígenas y como países latinoamericanos».

El solsticio de invierno es visto como el momento en que se reinicia el acercamiento del Sol a la Tierra, y el inicio de un nuevo ciclo agrícola. El 21 de junio, día del ´willkakuti´ (nuevo año), fue declarado feriado por Morales, quien no asistió a la ceremonia aymara.


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