Un operativo de 40 minutos cerró casi cuatro años de trabajo de inteligencia

Osama ben Laden murió al enfrentarse a disparos con el comando especial de la Armada estadounidense que irrumpió en su complejo y fue alcanzado por una ráfaga de fuego apuntada cuidadosamente, pese a que una de sus mujeres se interpuso en el camino, no se sabe si en un cato desesperado para protegerlo o porque fue usada como escudo humano, como aseguran funcionarios de la Casa Blanca.

Por mucho tiempo se creyó que bin Laden se escondía en cuevas, pero fue localizado en un escondite costoso y a la medida, en la aldea de Abbottabad, no lejos de una academia militar paquistaní.

El operativo fue la culminación de una operación de inteligencia de casi dos años, y se llevó a cabo en el más estricto secreto. Especialmente la última parte, cuando el presidente Barack Obama dio la luz verde para comenzar el asalto a la fortaleza del líder terrorista.

La clave en todo el proceso fue el seguimiento de un mensajero de confianza de Ben Laden, del cual se tenían noticias por interrogatorios realizados en la prisión de Guantánamo ya en 2008, según revelan cables de WikiLeaks. Allí, algunos de los detenidos terminaron por entregar el seudónimo del mensajero a los organismos de seguridad e informaron que se trataba de un protegido de Sheikh Mohammed, el cerebro de los ataques del 11-S, preso también en la cárcel.

La CIA tardó años en cruzar datos y reconocer la región donde éste operaba y, a partir de ahí, determinar la localización donde el mensajero de Ben Laden y su hermano vivían en Pakistán, un fastuoso recinto en la exclusiva localidad de Abbottabad, al norte de la capital de Pakistán, Islamabad.

Tras semanas de examinar fotografías vía satélite e informes de sus espías los agentes establecieron que el mensajero y su hermano vivían junto con otra familia, según un alto funcionario estadounidense citado por la CNN y “The Guardian”.

Les llamó la atención de que , a pesar de que la vivienda era más fastuosa y segura, no poseyera Internet ni televisión satelital. Además, sus integrantes no sacaban la basura sino que la quemaban en el patio, al parecer para no dar pistas de sus actividades.

En septiembre pasado, la inteligencia estadounidense determinó que había “una gran posibilidad” de que Ben Laden estuviera escondido dentro del complejo. En febrero, los agentes supieron que esa familia era nada menos que la familia Ben Laden.

En marzo, el presidente estadounidense inició reuniones en la Casa Blanca en la definieron detalles de la operación, mientras un grupo de elite del ejército preparaba el asalto a la mansión búnker. El pasado viernes, 29 de abril, Obama ordenó llevar a cabo el operativo, que se realizó sin aviso a sus pares pakistaníes, por temor a filtraciones. (Ver aparte)

Unas dos decenas de comandos Seal estadounidenses, todos portando gafas especiales de visión nocturna, tomaron por asalto el recinto de paredes altas, precisó el funcionario, quien pidió anonimato por el secreto de la operación . Los elementos se deslizaron por cuerdas desde helicópteros Chinook en medio de la noche, agregó.

Varios funcionarios estadounidenses dijeron que Ben Laden fue asesinado cerca del final de la incursión de 40 minutos. Recibió un disparo en la cabeza, después que él y sus guardaespaldas resistieron el asalto, aseguraron.

Tres hombres adultos también murieron en la incursión, entre ellos uno de los hijos de Ben Laden cuyo nombre no fue provisto por los funcionarios. Las fuerzas estadounidenses agregaron que también una mujer murió en el ataque cuando fue usada como escudo humano por uno de los milicianos, no se sabe si voluntariamente o forzada, y otras dos mujeres resultaron heridas. Uno de los dos helicópteros sufrió problemas técnicos, cayó y fue destruido por las propias fuerzas estadounidenses.

Las autoridades norteamericanas han dicho que el comando se llevó el cuerpo del terrorista y que entregó a los detenidos a las autoridades paquistaníes. Ben Laden fue depositado rápidamente en el mar en un final impresionante tras una década de eludir a las fuerzas norteamericanas.

(Télam/AP/DPA)

La imagen de una de las camas donde habrían muerto Ben Laden y los suyos