Un país dividido y en plena crisis política

BEIRUT -La mayoría antisiria de Líbano saludó el proyecto adoptado ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU que crea un tribunal internacional para juzgar a los acusados por el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, en una jornada con nuevos hechos de violencia.

Una vez conocida la resolución del Consejo de Seguridad en Beirut se escucharon disparos al aire en señal de festejo y varias personas se congregaron en la tumba de Hariri en la plaza de los Mártires, entre ellas el primer ministro Fuad Siniora. El tribunal, que es «para todo Líbano», permitirá «salvar al país de la serie de crímenes» que lo han afectado y «poner fin al terror», dijo Siniora. «Queremos que se haga justicia y que los que lo perpetraron (el crimen) rindan cuenta de sus actos», añadió.

Siria, que fue señalada de haber participado en el asesinato de Hariri en febrero del 2005 en Beirut, advirtió contra la creación del tribunal, impuesto según ella por Washington, que quiere establecer su «hegemonía» en la región. Antes de conocida la resolución, una fuente oficial de Damasco dijo a la agencia de noticias SANA que «no hay ningún cambio en la posición de Siria con respecto al tribunal especial para Líbano». Además, la oposición dirigida por el poderoso Hizbollah, apoyado por Damasco, reiteró que «no reconocerá jamás el tribunal internacional».

Por otra parte, por undécimo día consecutivo hubo enfrentamientos entre el ejército libanés y los islamistas del grupúsculo Fatah al-Islam atrincherados en el campo de refugiados palestinos de Nahr al-Bared, en el norte del país, sin que se perfile una solución de la crisis. El ejército mantiene su cerco desde el 20 de mayo. (AFP)


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