Un parásito que mata ostras desvela a los biólogos

En el Instituto Marino de SAO estudian el caso. Ataca a ejemplares cultivados por las empresas.

La ostra del golfo

La bióloga Kroeck elaborará recomendaciones para controlar los cultivos de ostras.
SAN ANTONIO OESTE (ASA)- A los biólogos de San Antonio los desvela la presencia de un parásito en los cultivos de ostras autóctonas que provocó la paralización de empresas privadas dedicadas a la ostricultura y la pérdida de mercados para su venta.

El Bonamia sp., una variedad del parásito distribuido también en otros mares, todavía no definida taxonómicamente, fue detectada en 1996 en ejemplares de «Ostrea puelchana» de un cultivo privado, que inexorablemente ante la alta mortandad de los adultos, previa a la llegada a la talla comercial, tuvo que terminar su actividad.

Desde ese momento los biólogos locales empezaron a estudiar el fenómeno.

Es la bonamiosis, ampliamente difundida en América, Europa y Australia, donde se detectaron otras especies similares del parásito.

En algunos de esos sitios se han establecido medidas de manejo para controlar la enfermedad con resultados bastante alentadores.

La científica local Marina Kroeck, directora técnica del Laboratorio de Histología e Histopatología del Instituto de Biología Marina «Almirante Storni», explicó que el Bonamia sp. «es un parásito protozoo unicelular, que mata a las ostras de cultivo cuando llegan a la talla comercial de cosecha, entre los 60 y los 70 mm. Desde el momento que fue detectado por primera vez, además de denunciarlo a los organismos internacionales como marcan las normas vigentes, se inició una serie de estudios y monitoreos de los bancos naturales que permitieron establecer que la bonamiosis existe también en las poblaciones naturales del golfo San Matías, pero la mortalidad que provoca se regula dentro de la dinámica de cada colonia».

Kroeck destacó que la presencia en el medio natural obliga a que cualquier emprendimiento de cultivo sea controlado estrictamente para que pueda alcanzar resultados positivos.

«Desde el «96 se desarrollan estudios de histopatología de las ostras y se creó el laboratorio de enfermedades de moluscos bivalvos», expresó.

La bióloga está terminando su tesis doctoral en base a esta temática, tras lo cual espera poder elaborar recomendaciones que permitan a la autoridad de aplicación establecer medidas de control de los cultivos.

«Como el contagio de esta enfermedad es directo, en los cultivos se da en un grado mucho más alto que en bancos naturales. Algunas formas de manejo podrían ser la selección de un lugar para el emprendimiento libre del parásito y la determinación de densidad y de técnicas de cultivo convenientes», afirmó.

Prohíben de ingreso

La confirmación de la existencia del parásito en el golfo, es una de las razones para que se mantenga la prohibición de la introducción de la especie exótica Crassostrea gigas -ostra japonesa o cóncava-. Esta especie, que alguna vez fue ilegalmente introducida en aguas rionegrinas, es portadora sana del parásito.

Los ejemplares puedan matar al parásito, pero también pueden difundirlo a la ostra autóctona.

La bióloga dejó en claro que el parásito no se ha encontrado en otras especies de bivalvos más que en las ostras.

Además, su ingestión es totalmente inocua para la salud humana.

No obstante, su existencia provoca que las ostras originarias de zonas declaradas como infectadas tengan menor valor y puedan ser vendidas solamente en mercados también víctimas de bonamiosis.

El Instituto en TN Ciencia

SAN ANTONIO OESTE (ASA)- El cultivo de ostras y el laboratorio de Histología e Histopatología a cargo de Marina Kroeck formaron parte de la recorrida que este fin de semana llevó adelante Guillermo Lobo, de TN Ciencia, por esta localidad, para conocer la actividad del Instituto de Biología Marina y Pesquera «Almirante Storni».

El viernes Lobo y su equipo de producción arribaron a la zona. Mañana se embarcarán junto a científicos y buzos del centro de investigación local para recorrer la bahía San Antonio y ver los long lines en los que se desarrolla el cultivo de ostra plana. Para ello trajeron un cámara especialmente adaptada para filmar bajo el agua, lo que posibilitó el registro de imágenes submarinas. Ayer por la tarde, los periodistas se interiorizaron acerca de las formas en que se conocen las edades de los peces y moluscos, mediante cortes con máquinas punta de diamante y lectura de otolitos. En el laboratorio denominado «hatchery» -criadero de moluscos bivalvos-, ubicado entre esta ciudad y Las Grutas, Lobo pudo ver el proceso de cultivo de algas, que sirven para alimentar a los moluscos y la producción de semillas de ostras, almejas y vieiras.

Ayer por la mañana realizaron una salida en un remolcador del puerto, desde el que se tomaron muestras oceanográficas y se conocieron los métodos para el uso y confección de las artes de pesca. Para esta tarde está prevista la visita al laboratorio de histopatología.Mañana, en tanto, Lobo se contactará con el profesor Carlos Verona quien desde ese día hasta el 13 dictará un curso sobre «Conceptos fundamentales de ordenación, manejo y administración de pesquerías costeras y de pequeña escala».

La ostra del golfo


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