Un perro provocó lesiones a un niño

NEUQUEN (AN)- Un perro mordió a un chico de ocho años y le provocó serias lesiones en todo el cuerpo. El pequeño Leandro Zemenienco, quien iba con su madre, quedó tirado en la calle y desmayado y hasta anoche su estado era reservado.

El feroz ataque del animal hizo reaccionar a los vecinos del barrio Belgrano quienes de inmediato en conjunto con la policía iniciaron una suerte de cacería por las calles de esa zona, aledaña al río Limay. El perro fue localizado y atrapado con la ayuda de varias personas, indignadas por la situación y porque se trata de un perro mordedor.

El chico iba en su bicicleta de cros por la calle Loncopué -a la altura de Chocón- acompañando a su mamá que se movilizaba a pie. El animal, cuya dueña vive en la casa ubicada frente al lugar donde produjo el ataque, saltó sobre el pequeño y lo mordió con furia en distintas partes del cuerpo. Los gritos desesperados de la criatura y los de la madre pusieron en vilo a todos los vecinos.

“Lo mordía y lo mordía, la madre no podía hacer nada, fue una cosa terrible, yo me quedé duro, quería tirarle con algo y no sabía con qué”, describió un hombre que prefirió no dar su nombre.

La familia del pequeño vive a una cuadra del lugar donde se consumó el ataque. En medio de una crisis nerviosa, la madre de Leandro pidió que no le avisen a la abuela del niño, temiendo por su salud.

Unos 20 minutos después del ataque y luego de que una ambulancia trasladara a Leandro al hospital Castro Rendón, se puso en marcha el operativo para capturar al animal. A cien metros del lugar donde mordió al niño, el animal quedó encerrado entre la pared de la casa y la gente que lo perseguía. Allí, entre un policía y un vecino le maniataron las patas y el hocico luego de un arduo trabajo.

Pablo, un chico de 12 años, identifi-có al perro, del que no sabe el nombre.

“Es de una señora que vive en esa cuadra. A mí me mordió dos veces, la primera porque lo quise acariciar y la segunda cuando iba pasando”, explicó el chico.

Los vecinos denunciaron que en ese sector hay muchos otros perros que “siempre están sueltos; la mayoría no atacan pero hay otros que encaran para morder”, comentó una vecina que vive en la calle Chiaravon.

“Lo más grave es que no son perros de la calle, son perros con collar que tienen dueños”, agregó una mujer jo-ven que desde unos 20 metros observaba cómo el perro mordedor era cargado en una camioneta de la Policía.

Cuando este diario llegó al lugar del hecho, el niño, muy ensangrentado y sin conocimiento, era cargado en la ambulancia.