Un petróleo sin Ganancia

Con qué fragilidad se sienta a negociar el MPN su posición frente al proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias que la oposición logró imponer esta semana en la Cámara de Diputados de la Nación y que se transformó en una contundente derrota política del macrismo.

En medio de una negociación abierta por el precio del barril de petróleo, por el futuro de las inversiones en la industria hidrocarburífera en la cuenca neuquina y de ajustes en las condiciones de trabajo en los gremios del sector, el MPN ya decidió de qué lado está sentado en esta discusión. Lo hizo, además, sin medir si su alineamiento con el oficialismo va en contra de los intereses de su base electoral que, como su nombre lo indica, tiene sustento popular.

Con una salida clásica para enfrentar dilemas de estas características, el partido provincial movilizó a sus actores principales para decir que “no”, que “sí”, que “no sé”, que “no estoy”. Un universo de mensajes para todos los gustos.

Como apuntó esta semana un referente de la oposición en la provincia, es posible que detrás de cada uno de estos movimientos esté presente la mano de algún experimentado jugador. No lo nombró, pero se imaginó al exgobernador Jorge Sapag deslizando fichas en el complejo tablero de ajedrez en el que se definen temas centrales de la principal actividad económica de la provincia, y al mismo tiempo se miden las lealtades políticas.

La primera señal política para interpretar al jabonoso MPN la dieron los dos diputados nacionales que responden al senador Guillermo Pereyra, ausentes en la votación del proyecto de ley que tiene media sanción. El jefe de ambos legisladores, también dirigente del gremio de los petroleros, mantiene un silencio calculado, no así su compañera de partido en el Senado, Lucila Crexell, que adelantó su voto en contra de este proyecto que se impuso en la cámara baja por 141 votos a favor, 84 en contra y 3 abstenciones.

Con un argumento fiscal como base de la crítica, tal como lo hicieron otros gobernadores, Omar Gutiérrez dijo que tiene expectativas de un tratamiento “sensato, con cordura” en el Senado. Fue una zigzagueante forma de decir que no comparte el proyecto de la oposición, sin profundizar en otros contenidos de la propuesta, como la imposición del impuesto a los juegos de azar, a los alquileres y a la renta financiera, compensaciones incorporadas para que no decaiga la masa de recursos coparticipables.

La pelea por estos recursos genera un choque de intereses entre gobernadores y trabajadores. Para algunos que atienden varios mostradores al mismo tiempo, tal el caso de Pereyra, el grado de exposición frente a esta votación es altísimo.

La voz diferente, que en este concierto de opiniones del MPN puede ser sincera o formar parte de la estrategia, la puso Rolando Figueroa, que apoyó la iniciativa que salió de Diputados. El vicegobernador rescató la coherencia del proyecto porque contiene “un reclamo histórico” de la región patagónica por incorporar un beneficio fiscal para los sueldos que incluyen zona desfavorable.

Neuquén no oficializó la cifra que dejaría de percibir si se aprueba el proyecto en cuestión. Hubo una estimación extraoficial de 600 millones de pesos al año pero sin contabilizar las compensaciones contempladas por la afectación del impuesto a los nuevos rubros.

Si el proyecto se convierte en ley, el costo fiscal total oscila entre los 65.000 millones y los 70.000 millones de pesos. La oposición calculó un impacto final de 27.000 millones con las nuevas actividades que se proponen incorporar al impuesto.

A Gutiérrez no le sobra nada como para resignar recursos de coparticipación, si es que ese es el único eje de la resistencia. Tampoco le sobra en otros aspectos, ya que cierra un año apretado por demandas sociales. El bono de 3.500 pesos a los estatales y el reparto de canastas navideñas a 35.000 familias, una ayuda que no es novedosa pero no decrece, prueban otras urgencias.

El MPN se sienta a negociar con el macrismo en situación de debilidad. Debe moverse entre el futuro petrolero, las lealtades y el nuevo impuesto.

El partido reaccionó con clásicos mensajes universales aplicados en otras circunstancias parecidas . Que “no”, que “sí”, que “no sé”, que “no estoy”.

Datos

El MPN se sienta a negociar con el macrismo en situación de debilidad. Debe moverse entre el futuro petrolero, las lealtades y el nuevo impuesto.
El partido reaccionó con clásicos mensajes universales aplicados en otras circunstancias parecidas . Que “no”, que “sí”, que “no sé”, que “no estoy”.

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