Un profundo impacto piscológico

Un cambio cultural en el manejo cotidiano de los valores.

Esto también implica la restricción a las extracciones de papel moneda en que se sustentan las nuevas medidas económicas.

Pero si es una medida transitoria, el peligro es que el cambio también sea transitorio

De una manera u otra, los millones de argentinos que viven en la economía informal o sea que tangencialmente pasan por el sistema bancario, tendrán que relacionarse con éste. Un caso: un empleador que tiene cuatro empleados y pague a cada uno 700 pesos de sueldos en negro, ahora, en teoría, no podrá pagar en negro. Tendrá que hacerlo en cheque, pero para eso el empleador tiene que tener una cuenta corriente y el empleado una cuenta donde depositar su sueldo y retirar por semana.

Esto implica un blanqueo de la relación entre ese empleador y empleado. Y también implica un cambio de cultura en el manejo de las relaciones económicas y de la disponibilidad inmediata de recursos.

Otro caso: el sector de la población que vive de cobrar sueldos en cajas de ahorro y retira dinero en cajeros con tarjeta de débito. Ahora, este sector también se tiene que acostumbrar a la restricción de 250 pesos por semana. Y si no, pagar consumos con la tarjeta de débito o cheques. Esto conlleva un cambio sicológico significativo en la cotidianeidad de este sector, acostumbrado a un ejercicio más directo en el dominio sobre sus recursos.

Porque ahora, el M 1 – o sea el dinero en circulación -, tendrá otras formas. Será dinero, pero sin forma de dinero.

Y a eso habrá que acostumbrarse, seguramente a los tropiezos.


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