Un programa de ayuda se queda sin recursos
VIEDMA (AV)- Un sombrío panorama avanza hacia el futuro de unos 1.500 niños y adolescentes. Se trata de un grupo vulnerable desde el punto de vista social que quedaría a la deriva porque al plan que los protege se le termina el financiamiento desde setiembre próximo.
Se trata del Programa Nacional de Atención de Niños y Adolescentes en Riesgo (Proame) que funciona desde 2001. A partir del apuntado mes concluirán los aportes que recibe la Argentina por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Por ello, miembros de siete organizaciones no gubernamentales presentaron ante la Legislatura rionegrina un anteproyecto de comunicación. Reclaman que el Ministerio de Familia asegure el financiamiento y la continuidad.
La presentación ante el vicegobernador Mario De Rege y presidentes de los bloques parlamentarios fue acompañada por la proyección de un video, una exposición de trabajos, y alocuciones de los principales referentes como el sacerdote Luis García de la asociación «Creando Futuro», Fernanda Sánchez del Centro de Atención a la Adolescente Embarazada (Cadem) y Néstor Buzzo de la Fundación Radio Encuentro; entre otros.
De Rege recibió la documentación resaltando la labor desarrollada y advirtió que «desde setiembre será necesario acudir a nuevas fuentes de financiamiento para cubrir los fondos de asistencia social».
La coordinadora ministerial María Elena Gaviña, admitió que «todo el mundo está diciendo que el Proame se cae» aunque aclaró a «Río Negro» que se trata de un plan «a término, al finalizar el crédito del BID».
Consideró que la alternativa sería encontrar «distintos tipos de aportes para sostener los proyectos porque pretenden continuarlos». Apuntó que «si bien el financiamiento es a término, el compromiso de las entidades (por la contención social que desarrollan) no lo es», agregando que el ministro Alfredo Pega está al tanto de la situación.
Viedma fue elegida entre varios puntos del país basándose en una radiografía de la pobreza que tuvo como punto de partida el Censo '91. Los datos reflejaron un nivel de pobreza del 24,3% de los niños entre los cero y cinco años sobre unas 34.000 personas de entonces. Al comienzo del siglo XXI se los encontró con la misma situación aunque pasaron los años y en el borde de la adolescencia. Más atenuada apareció la población de 15 a 21 años pero aparecieron los embarazos no programados.
Fue así que quedaron seleccionadas las mencionadas entidades para ofrecer actividades recreativas, apoyatura escolar de reinserción en el sistema formal de aquellos chicos que abandonaron. Comprenden propuestas de promoción de salud, apoyo para centros de prevención del embarazo adolescente. También se cubren las necesidades de niños y adolescentes con discapacidad, y apoyo terapéutico a víctimas del maltrato familiar.
VIEDMA (AV)- Un sombrío panorama avanza hacia el futuro de unos 1.500 niños y adolescentes. Se trata de un grupo vulnerable desde el punto de vista social que quedaría a la deriva porque al plan que los protege se le termina el financiamiento desde setiembre próximo.
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