Un programa voluntario para un cambio de vida

En Cipolletti se realiza un programa en el que 70 jóvenes que han tenido participación en delitos, realizan distintas tareas para reencaminar sus vidas.

CIPOLLETTI (AC).- «Iba para atrás. Tampoco vas a vivir robando todo el día. Ahora trabajo de ayudante de albañil y me gustaría trabajar en el petróleo. Irme de acá a un lugar donde nadie me conozca»…

El que habla tiene 19 años, vive en un barrio carenciado de Cipolletti y, junto a otros chicos en su misma situación, sintió que algo «daba para cambiar».

Pero la decisión no resulta fácil. Hace ya algunos meses se comprometió a no cometer ningún otro delito porque esa era la condición indispensable para ingresar al programa «Comunidades Vulnerables» que será formalmente presentado hoy durante un acto que se realizará en la municipalidad cipoleña.

Pero «¿sabés lo qué pasa?. La policía es muy injusta, ya lo tienen fichado y se lo llevan por cualquier cosa», salió en su defensa una de las chicas del grupo. Su vida tampoco fue muy diferente. Estuvo en un instituto de menores y se escapó. Regresó a esta ciudad donde, a pesar de todo, encuentra contención.

«Si me fuera a vivir a otro lado, volvería enseguida porque acá tengo lugares donde estar, amigos…».

Y esta frase encierra mucho. En una encuesta que se hizo entre los casi 70 chicos que participan del programa, la mayoría aseguró que quería tener una casa donde vivir con su familia y un trabajo. En definitiva, un lugar propio.

El 60 por ciento nunca terminó el colegio primario y el 40 por ciento restante no pasó de primer o segundo año del secundario.

Tienen entre 14 y 25 años. El ingreso al programa es voluntario y el 70 por ciento llegó por comentarios de alguno de sus compañeros. Hasta el momento el 95 por ciento logró el objetivo de no volver a cometer algún hecho delictivo.

El programa busca estrategias de prevención social, «no actúa sobre el delito ni patrocina legalmente a los chicos». Sí los asesora y contiene para evitar que vuelvan a delinquir o que caigan en actividades ilícitas.

Para ello se conformó un equipo de abogados, psicólogos, asistentes sociales y educadores que trabajan para reinsertar socialmente a estos niños y jóvenes.

La coordinación, el diseño y la supervisión de los profesionales está a cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Nación, mientras que los honorarios los paga el municipio, que es el encargado de instrumentarlo. El coordinador del programa es Marcelo Mango.

Los jóvenes están divididos en grupos y pertenecen a los barrios Anai Mapu y Antártida Argentina; Luis Piedrabuena; zona norte y 1.200 Viviendas. En este último sector, y luego de los conflictos que se vivieron a principios de febrero, los técnicos de programa intensificaron las actividades. También su presencia para descomprimir el tenso clima que dominó al barrio.

Los jóvenes que participan, además de tener que diseñar e instrumentar una actividad comunitaria en sus propios sectores, tienen destinado un espacio individual donde pueden plantear sus problemas más personales.

Según Mango, para que puedan realmente salir de la situación en la que se encuentran es necesario que los chicos generen nuevas redes de inclusión, no sólo comunitarias, sino también educativas y laborales.

En cuanto al trabajo, son «segunda generación de desocupados» por lo que no tienen conciencia real de lo que significa levantarse todos los días para ir a trabajar, responder a las órdenes de un superior o tener un sueldo estable.

«Buscar alternativas de inserción laboral es sumamente importante» para avanzar en los otros aspectos, explicó Mango.


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