Un susto para Macri

Si bien Horacio Rodríguez Larreta ganó el balotaje porteño por un margen de más de tres puntos, lo que en otras circunstancias sería considerado una diferencia respetable, no sólo los adversarios del candidato presidencial Mauricio Macri sino también algunos simpatizantes tomaron el resultado como una señal de que el líder de Pro perdería por nocaut frente al oficialista Daniel Scioli en las elecciones generales previstas para el 25 de octubre, ya que en vísperas de la jornada las encuestas de opinión hacían creer que su delfín triunfaría con mayor facilidad. Con todo, hay motivos para suponer que exageran los muchos que creen que el resultado muestra que la campaña de Macri está desinflándose irremediablemente. No cabe duda de que Martín Lousteau se vio beneficiado por los votos que le aportaron kirchneristas e izquierdistas que no lo quieren pero que están resueltos a frenar al jefe del Gobierno de la capital federal, mientras que a Rodríguez Larreta lo perjudicó mucho el inicio de las vacaciones de invierno, puesto que las aprovecharon decenas de miles de porteños de ingresos relativamente altos, que de otro modo lo hubieran apoyado, para ausentarse de la ciudad. Así y todo, el que tantos hayan llegado a la conclusión de que Macri acaba de sufrir un revés doloroso a manos de un presunto aliado, uno que pone en peligro su sueño presidencial, lo obligará a procurar ampliar su base, lo que brindaría oportunidades a sus socios radicales y progresistas que, como es natural, no quieren resignarse a desempeñar un papel secundario en una eventual coalición gobernante hegemonizada por el Pro. Macri mismo parece entender que le convendría asumir una postura menos triunfalista porque el país no está por adoptar el ideario centroderechista al que había apostado algunos meses atrás. Al enterarse de que Rodríguez Larreta no había ganado por los diez puntos pronosticados por los encuestadores se puso enseguida a presentar un programa de gobierno decididamente centrista, afirmándose a favor de que YPF y Aerolíneas Argentinas sigan siendo empresas estatales y de que la Asignación Universal por Hijo debería ser “un derecho, no un regalo que alguien dio y otro puede sacar”, o sea que, en el caso de que le toque instalarse en la Casa Rosada en diciembre, no se le ocurriría emprender una especie de revolución “neoliberal” vigorosa como quisieran hacer pensar los kirchneristas y sus aliados coyunturales de la izquierda. Así, pues, lejos de intentar subrayar las diferencias con las propuestas atribuibles a Scioli, Macri ha optado por minimizarlas. Insinúa que habrá más “continuidad” que “cambio”, pero que, como presidente, administraría “el modelo” con más eficacia y mucho menos corrupción. Como estrategia electoralista, la así modificada parece razonable. Aunque abundan motivos concretos para prever que en los próximos meses la economía experimente una crisis muy grave porque no es viable el esquema que fue improvisado por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando merced a la soja el país recibía una cantidad insólita de fondos frescos de los que el gobierno no vaciló en apropiarse, sucede que el grueso del electorado se siente más preocupado por el espectro de un ajuste brutal ordenado por un gobierno “de derecha” y por lo tanto “antipopular” que por la probabilidad de que dentro de poco los recursos necesarios para prolongar el statu quo terminen agotándose. Lo mismo que Scioli, Massa y otros aspirantes presidenciales, Macri sabe muy bien que no sería de su interés criticar con severidad el manejo de la economía por parte de los kirchneristas, razón por la que prefiere hablar de otras cosas. Espera conseguir la adhesión de los “independientes” alarmados por la corrupción, la ineptitud, la arbitrariedad y el desprecio por la Justicia que en opinión de muchos son las características más notables de la gestión de Cristina. Puesto que comparten plenamente tal actitud los aliados principales de Macri –personas como el radical Ernesto Sanz y su excorreligionaria Elisa Carrió–, concentrarse en los vicios del populismo sin arriesgarse brindando la impresión de estar dispuesto a modificar drásticamente el rumbo económico podría ayudarlo a cohesionar el movimiento aún embrionario del cual sigue siendo el líder mejor ubicado.

Fundado el 1º de mayo de 1912 por Fernando Emilio Rajneri Registro de la Propiedad Intelectual Nº 5.196.592 Director: Julio Rajneri Editor responsable: Guillermo Berto Es una publicación propiedad de Editorial Río Negro SA Martes 21 de julio de 2015


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