Un triple atentado terrorista sacude a Jerusalén

Al menos 11 personas murieron y 150 resultaron heridas luego de que dos suicidas se inmolaran en una céntrica peatonal de la capital y estallara un coche bomba. Sharon se reúne con Bush.

JERUSALEN (Reuters) – Al menos 11 personas murieron y unas 150 resultaron heridas -varias de ellas de gravedad- como consecuencia de tres atentados terroristas perpetrados esta noche en Jerusalén, dos por presuntos kamikazes cargados de explosivos y un tercero por un coche-bomba.

Las detonaciones se registraron en la calle peatonal Ben Yehuda, una transitada arteria en el sector oeste de Jerusalen, donde se erigen numerosos bares y restaurantes frecuentados por público mayoritariamente juvenil.

«Hay decenas de muertos», anticipó el jefe local de la policía, Miky Levy, a la radio israelí, pero otras fuentes indicaron que de momento sólo fueron recuperados 11 cadáveres y unas 150 personas fueron hospitalizadas con heridas de diversa consideración sufridas a raíz de las tres detonaciones.

Poco después, el propio Levy confirmó que seis israelíes y los dos kamikazes habían muerto, pero se negó a cerrar en esas ocho víctimas el balance de la tragedia.

El servicio de ambulancias israelí Magen David dijo que 152 personas habían resultado heridas en el ataque, incluso 11 que quedaron «mortalmente heridas».

«Como presidente de la Autoridad Palestina, Arafat carga con la responsabilidad directa por lo que sucedió hoy en Jerusalén», dijo el portavoz del gobierno israelí, Avi Pazner. Pazner, calificó los ataques de «una tragedia criminal»

El primer ministro israelí Ariel Sharon se encontraba en Estados Unidos en el momento del ataque, preparándose para sostener el lunes conversaciones con el presidente norteamericano George W. Bush. Funcionarios israelíes dijeron que el primer ministro estaba realizando consultas después del ataque.

«La mayoría de los heridos son niños… Los niños son los objetivos de los terroristas palestinos», dijo Pazner, citando dos atentados suicidas previos ocurridos en una discoteca de Tel Aviv y en una pizzería de Jerusalén cercana al sitio donde ocurrieron los ataques del sábado.

Una testigo identificada sólo como Liron, que estaba sentada en un café en la calle -una popular avenida peatonal llena de tiendas y restaurantes y usualmente llena de gente los sábados en la noche- calificó la primera explosión de «enorme».

«La gente volaba por los aires y había muchas personas bañadas en de sangre», dijo.

Minutos después, un coche bomba estalló cerca, enviando una enorme columna de humo y chispas al aire. Testigos dijeron que el auto detonó mientras unas 20 personas trataban de moverlo porque estaba bloqueando la calle.

Moshe Suissa, un bombero que llegó al lugar, dijo a Radio Israel que «hay muchos heridos, algunos muertos. Podemos ver los cuerpos y partes de los cuerpos».

Yossi Mizrahi, un testigo de los hechos, dijo por su parte a Reuters que «vi gente sin brazos. Vi a una persona con el estómago abierto colgándole. Vi a un niño de 10 años dar su último suspiro. No puedo creer que alguien pudiera hacer algo así».

La calle Ben Yehuda, donde funcionan varios locales nocturnos, ha sido el objetivo de ataques palestinos en el pasado. La noche del sábado, al concluir el sabath judío, es bastante concurrido.

El derramamiento de sangre fue el más reciente del levantamiento palestino contra la ocupación israelí.

Y fue el último golpe a una misión de paz del enviado estadounidense Anthony Zinni, quien llegó a la región el lunes pasado para gestionar un cese al fuego. También coincidió con una visita a Estados Unidos del primer ministro israelí Ariel Sharon.

De hecho, el presidente George W. Bush que tenía previsto reunirse el lunes próximo con el premier israelí, Ariel Sharon, adelantó el encuentro para ayer.


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