Un triunfo vital conseguido al trote
River fue más y pudo ganar por mayor diferencia.
La Copa Sudamericana sigue siendo para River el bálsamo tan buscado, el espacio aireado que necesita el equipo y su técnico para seguir respirando Ayer sin pergeñar una gran demostración de fútbol ni mucho menos, consiguió una clara victoria ante los paraguayos de Libertad, que resultaron un rival liviano, limitado, que ni siquiera pudieron agitar el fantasma Derlis Soto -histórico verdugo de River- para complicar al local Fue Horacio Ameli quien puso el primer ladrillo de la victoria con un cabezazo inatajable y violento. Ese 1 a 0 conseguido sin demasiado esfuerzo fue la antesala de una victoria conseguida al trote, tan olvidable como necesaria. Hasta ese momento, el equipo de Pellegrini había generado poco y nada de juego Ya en el segundo, River llegó al segundo gol enseguida, a través de Eduardo Coudet, con un remate que se desvió en Pedrinho. El gol, para el talentoso volante, puede resulta la inyección aní
mica que tanto necesita para volver a ser el mediocampista que tanto fútbol le daba a su equipo Luego del 2 a 0 llegó lo mejor del partido, cuando Libertad dejó de ser un equipo insulso y River, aún dos goles arriba, siguió yendo y, como consecuencia, dio ventajas atrás. Uno de esos contragolpes no fue gol de milagr
o, cuando tres delanteros de Libertad -incluido el recordado Soto- fueron menos que un solo defensor y Costanzo Pero River también siguió generando situaciones, algunas de ellas elaboradas con la mejor pasta: la del buen fútbol. Una gran jugada de Cavenaghi culminó con un muy buen remate de Ludueña que Villar sacó de manera formidable. Enseguida Fernando Cavenaghi -aún jugando por debajo de su nivel siempre provoca peligro y nunca deja de ser generoso- fue quien dos veces agitó a la gente: un gran remate de derecha se estrelló en el travesaño y una media vuelta de zurda rebotó en Villar, a esa altura la gran figura de la noche Ya se había Coudet, ya los hinchas -pocos- coreaban por el equipo olvidándose de los insultos y ya Pellegrini disfrutaba de una victoria tranquila pero necesaria Otra vez Cavenaghi construyó una gran maniobra en el área -levantó mucho sobre el final-, cedió a Ludueña pero, nuevamente, su remate no tuvo destino de red Lejos de la lucha por el campeonato, River deambula en un impreciso e incómodo limbo impensado dos meses atrás. Aspira a llevarse la Copa Sudamericana, es cierto, pero sabe que ese título, aún menor y de escasa jerarquía, no podrá llenar el enorme vacío que genera haber perdido la batalla por el campeonato, y menos aún la profunda desazón que significa para los hinchas el hecho de que Boca tenga Japón y Milan en el horizonte más cercano La impresión que queda es que River consiguió un triunfo vital y lógico, pero que de ninguna manera está clasificado para la próxima ronda. Todo le cuesta a River en el segundo semestre del año. (AR)
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