Una ausencia de verdad

ANáLISIS

Tanto lío y la carne aumentó en enero nada más que el 4,7%. Todo lo que se vivió en los últimos días en carnicerías y supermercados fue una absurda sensación que no se corresponde con la realidad de los números oficiales. Pero la confusión excedió a la población y a los medios. No se entiende por qué la presidenta Cristina Kirchner alarmó a la población días atrás en un acto al asegurar que el precio del alimento preferido de los argentinos había aumentado “y mucho”. Menos se comprende el anticipo del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien limitó todo a una cuestión específica que se iba a “regularizar” en dos o tres meses. ¿Qué hay que regularizar, si está todo bien? Por otra parte, si el precio de la carne tuvo un aumento apenas perceptible, ¿los ganaderos dejaron de ser destituyentes para pasar a ser defensores del modelo? ¡Qué mejor defensa del modelo que una carne que cuesta un 2,7 menos que en abril de 2008! En medio de toda esta confusión, con funcionarios que alertan sobre aumentos que no ocurren y hasta la presidenta asegurando que la carne subió “mucho”, resalta la visión del ministro de Economía, Amado Boudou, quien con varios días de anticipación advirtió que en el país no había inflación sino “un reacomodamiento de precios relativos”. Una línea de razonamiento para tener en cuenta a la hora de juzgar el comportamiento del Indec de los últimos tres años. Sus cifras no reflejan una mentira, sino tan sólo una ausencia de verdad.

MARCELO BáTIZ (DyN)


ANáLISIS

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora