Una «bella dama» barrial

Romina Gaetani, feliz con su nuevo papel. La actriz abandonó el rol de vampiresa.

BUENOS AIRES (Télam).-Romina Gaetani, que en la telenovela de la tarde de Telefé «Don Juan y su bella dama» personifica a Josefina, está contenta de llevar adelante un papel que se parece poco a las vampiresas que desempeñó en «Amas de casa desesperadas» o «Soy Gitano».

«Como actriz es muy aburrido jugar siempre el mismo papel. Por eso, cuando me llegó esta oportunidad de encarnar a Josefina me dije 'qué bueno, por fin algo distinto para hacer'», confesó Gaetani.

En la novela, que va de lunes a viernes a las 13:30, Joaquín Furriel es Juan, Romina personifica a Josefina y Benjamín Vicuña es Franco, su esposo; mientras que Isabel Macedo tiene a su cargo a una sensual Serena, de novia con Raúl Rizzo, padre del protagonista. En el programa también actúan Carlos Moreno, Silvia Bayle, Perla Santalla, Michel Noher, Mónica Scapparone, Guido Massri, Alejo Ortiz, Gabo Correa, Catalina Artuzzi y Diego Bugallo.

-¿»Don Juan…» es una telenovela clásica o moderna?

-Es una novela-novela, y las telenovelas tienen una ecuación que es como inamovible con amores cruzados, buenos y malos. Lo lindo es que hay una comedia romántica y que este proyecto no tiene nada que ver con lo que venía haciendo. Llevaba cuatro años sin hacer una tira y seis años sin estar en Telefé, pero por suerte me convocaron para trabajar junto a Joaquín, que es un tipo al que admiro, y me pareció muy bueno.

-¿Te sale la chica de barrio?

-Sí, porque viví toda mi vida en San Martín y tengo el barrio incorporado. Además, mi personaje tiene una estética natural, porque es una chica de clase media baja.

Yo quería que fuera lo más natural posible porque quería poner mi atención y lograr la atención de los demás en la actuación. Por eso me parece justo decir que esto no tiene nada que ver con mis personajes de «Amas de casa desesperadas» ni con los que hice para el unitario «Mujeres asesinas».

-¿Dejaste de lado los personajes de vampiresa y mujer hiper seductora?

-Sí, este es un tipo de trabajo que no hago hace mucho tiempo que, por suerte, tiene cero de vampiresa. Josefina es una chica desestructurada, de barrio, alegre, que cree en el amor, es muy justiciera y muy relajada.

-¿Qué fue lo que pasó con «Amas de casa desesperadas»?

-«Amas de casa» se daba muy tarde, cuando en realidad era un programa para otro horario, más para una hora en que lo vea la mujer en casa, más tranquila, por la tarde. En cambio acá muchas veces empezaba doce y media de la noche y eso lo perjudicó. Amén de que al menos yo nunca firmé para un segundo año, siento que la gente se quedó esperando.

-¿Cómo fue la experiencia en México?

-Muy buena, trabajé en una telenovela que se llamó «Mientras haya vida» de TV Azteca, en un país donde ese género es muy fuerte. Y ellos tienen una industria televisiva muy fuerte, con producciones enormes, mucho dinero en el medio. Por suerte quedaron las puertas abiertas y recibí ofertas de allá que son a partir de fin de año.

-¿Sienten la presión del rating?

-Desde hace años, creo que desde el tiempo de «Soy gitano», que trato de desligarme de ese tema, por eso creo que la sufren más los productores. Además la decisión final sobre un programa no pasa por el actor, sino más bien por los programadores, los productores y el público. Aunque es verdad que es una presión porque se trata de un trabajo para todos y uno no se puede desligar de que si el programa no va bien nos quedamos sin trabajo. Pero trato de vivir el negocio desde otro lado, más desde el de ser humano, y concentrarme en el aprendizaje y la formación como actriz.


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