Una bomba de tiempo por la falta de controles

Análisis

Si el derrame de ácido clorhídrico producido ayer a setenta kilómetros de Rincón, hubiese sido al llegar a su destino en esta ciudad petrolera, gran parte de la población habría sido evacuada y reubicada a contraviento, para evitar inhalaciones de la nube tóxica. Sin embargo, las cargas peligrosas pasan a diario por esta localidad sin que ningún organismo del Estado provincial o nacional, realice el control correspondiente. La situación ha sido denunciada oportunamente por “Río Negro” sin que aparentemente se hayan generado medidas correctivas. Solo la municipalidad local a través de su departamento de inspecciones generales, hace controles intermitentes solicitando guías de lo transportado y pesos de cargas máximas por eje, entre otras solicitudes. Sin embargo, la tarea de los municipales es escasa comparada con los cientos de vehículos de cargas que diariamente circulan por la ruta a los yacimientos, pasando por el medio de esta ciudad. Productos de alta peligrosidad como acroleína, considerados entre los diez de mayor riesgo para la vida humana por la OMS, no solo son transportados por el frente de los hogares de esta comunidad sino también almacenados en lugares impropios. Ácidos, productos radiactivos, emulsiones, pasan por Rincón sin que nada ni nadie tenga en cuenta la verdadera naturaleza de dichas sustancias. Como ejemplo del alto nivel de peligro que estos productos representan para las personas, en el año 2008 la empresa Repsol YPF, le exigió a su contratista Baker, que no acopie acroleína en el yacimiento de esa productora, por el riesgo que implicaba para los trabajadores. Increíblemente la empresa depositó miles de litros del producto a setecientos metros de la escuela primaria 346. (ARS)


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