Exportaciones regionales de fruta: una caída histórica

Las exportaciones regionales de frutas hacia los mercados de ultramar alcanzaron, en estos primeros seis meses del año, las 213.600 toneladas. La cifra representa una baja del 1% interanual y es la menor de los últimos 25 años.

Los números son más que preocupantes, más aun cuando se tiene en cuenta que en el primer semestre del 2005 los embarques hacia ese destino tocaban las 510.000 toneladas. Es decir, casi tres veces más de lo que se exportó en el 2016.

Las expectativas hacia principios de año no estaban puestas en estos resultados. Con la devaluación de la moneda, la unificación del tipo de cambio y la puesta en marcha de los reintegros para las exportaciones por los puertos patagónicos, el sector empresario preveía un salto el comercio exterior teniendo en cuenta el estímulo hacia el sector. Pero la realidad terminó por mostrar que sólo corrigiendo la variable cambiaria, las modificaciones esperadas en la fruticultura ya no se dan.

La vuelta del aumento de costos internos, fruta para vender de mala calidad, bajos volúmenes de cosecha y creciente competencia de terceros países en marcados tradicionales, terminó por frenar las esperanzas exportadoras que se tenían antes de dar inicio la cosecha de fruta en la región.

“Fue una combinación de problemas; por un lado mercados externos complicados y por otro una caída de la cosecha local”, confió Jorge Cervi, presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI).

Está claro que la fruticultura sigue cediendo espacios. Retrocede sin que nadie tenga en claro sobre el norte al que hay que apuntar. No existe la decisión política para los grandes cambios porque la lógica de nuestros gobernantes choca con la de la producción; los primeros razonan pensando en el corto plazo y en la fruticultura todo es mediano y largo plazo.

Pero sería injusto volcar las críticas únicamente sobre el sector público.

“A Estados Unidos ha llegado pera madura y esto termina complicando un mercado que venía bien encaminado. Debemos trabajar como empresas con algún tipo de sistema que nos permita asegurar que lo que estamos exportando en las cajas es lo que es”, aseguró a modo de autocrítica Cervi. El empresario destacó que lograr este objetivo reduciría sensiblemente las pérdidas que hoy tiene por esta vía el sistema. “Es muy importante dar garantías de lo que estamos exportando. Nos permite negociar de otra manera con nuestros proveedores”, destacó.

Al ser consultado sobre lo que piensa el resto de los empresarios en este tema, Cervi señaló que “todos lo tenemos en claro, la discusión está en el modelo a aplicar para buscar criterios que nos permitan homogeneizar nuestra oferta exportable. Eso es lo difícil, pero estamos promoviendo la discusión”.

En este sentido, es importante señalar que ya existe en el país un sello en la Argentina que certifica la calidad de los limones de exportación denominada All Lemon (ver recuadro). Actualmente, audita a las principales empresas empacadoras, productoras y exportadoras de limones del país que llegan con una oferta homogénea a los distintos mercados del mundo. Aplicar un esquema como el de All Lemon para la fruticultura del Valle presenta sus limitaciones, pero no deja de ser un ejemplo para reflexionar.

Competitividad

Sin dudas será difícil volver a las más de 500.000 toneladas exportadas a ultramar una década atrás. Hoy el Valle no cuenta con volumen para ello y menos con calidad para poder reposicionar la pera y la manzana en los destinos europeos y del norte de América.

Pero a los problemas estructurales que sufre el sector, se le suma nuevamente la presión de la coyuntura. El dólar planchado desde principios de año con una inflación anual proyectada en torno del 40% vuelve a complicar al sistema.

“Hoy países competidores del hemisferio sur, como es el caso de Chile o Nueva Zelanda, están ingresando con una caja de manzana entre 2 y 3 dólares por debajo de lo que nosotros podemos ofrecer. En las condiciones en que está el mercado, esta diferencia nos deja fuera de juego”, señaló con un alto grado de preocupación Marcelo Loyarte, gerente general de CAFI.

El dólar como ancla inflacionaria vuelve a golpear sobre las economías regionales.

Pero no sólo volúmenes y calidad cambiaron en estos últimos diez años. Los referentes que muestra la actividad también son otros. Quien hoy lidera las exportaciones hacia ultramar es la firma Patagonian Fruits Trade (PFT), una empresa conformada con capitales nacionales. Según las estadísticas privadas, durante el primer semestre del 2016 concentró el 24% del total de las exportaciones cuando algo más de una década atrás este indicador se ubicaba en el 14% (ver infograma adjunto).

La fuerte suba que registró PTF compensó la caída de otra grande del Valle, Expofrut Argentina, que en el 2005 concentraba el 31% del total de las exportaciones y hoy sólo ostenta el 6% de esa participación.

“A Estados Unidos ha llegado pera madura y esto termina complicando un mercado que venía bien encaminado”.
Pablo Cervi, presidente de CAFI.

“Hoy países competidores del hemisferio sur llegan con una caja de manzana entre 2 y 3 dólares por debajo de nuestra oferta”.
Marcelo Loyarte, gerente general de CAFI.


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