Una caída inesperada en la vuelta a Nuñez

El Caracas sorprendió a River y es único líder. Después aguantó y los palos le dieron una mano.

El retorno al Monumental, después de 26 días sin fútbol, no fue el esperado para River. El modesto Caracas hizo un gran primer tiempo, aguantó, tuvo la fortuna de su lado en el segundo, y de esta forma se llevó una inesperada victoria ante el favorito del grupo, la primera en la historia para un equipo venezolano.

River lo buscó mucho en el epílogo, pegó dos tiros en los palos y se fue mascando bronca. Mereció al menos el empate, pero sufrió uno de las viejas teorías del fútbol: los goles se hacen, no se merecen.

El disparo de Caracas a los 39 segundos fue un indicio de lo que sucedería en la primera parte. El equipo de Sanvicente, en esos 45 minutos iniciales, dejó helados a todos los hinchas millonarios que le hicieron frente al mal tiempo. Ya varios habían anunciado que estos venezolanos eran de temer si la cancha estaba rápida.

River no arrancó mal, y a los tres Tuzzio comandó un ataque que Marco Ruben increíblemente no pudo mandar a la red, y un par de minutos más tarde el 'Tecla' Farías sacó un disparo que exigió a Javier Toyo. A partir de ahí, y hasta los 30, fue de ida y vuelta.

Porque Caracas se paró en la cancha con mucha personalidad, ganó casi siempre la batalla de la mitad y supo conjugar en la distribución del balón, la precisión y la velocidad. A los 8 avisó Carpintero y un minuto después llegó el baldazo de agua fría: de un lateral por izquierda, y una mala marca defensiva, llegó el gol de Velasquéz, que le ganó a Tuzzio.

La visita siguió controlando las acciones, aunque el 'millo' tuvo dos claras antes del descanso, con una chilena de Ruben y un cabezazo de Rivas que milagrosamente cayeron en las manos del '1'.

En la segunda parte el local tuvo al menos cinco situaciones clarísimas para igualar, pero no estaba en su noche. Por intermedio de la pelota parada, el 'Millo'

arrinconó a los venezolanos y se perdió oportunidades increíbles: dos al palo, una de Farías y la otra de Ruben, otro par de cabezazos de Gerlo y algunas buenas intervenciones de Toyo.

Caracas se atrincheró y esperó agazapado por alguna contra para liquidar el partido. Tuvo dos, pero no supo resolverlo.

River fue y fue, mientras desde la tribuna se escuchaban algunos cánticos que reprobaban su actuación. El reloj apretaba y la igualdad no llegaba, y así se fueron los 90 minutos, históricos para Caracas, un verdadero martirio para el equipo de Daniel Passarella.


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