«Una cosa es ser aliado y otra no cumplir la ley»

El gobernador se refirió en esos términos a la sanción que la provincia le aplicó a la empresa Repsol por un derrame de crudo en una área aledaña al

NEUQUEN (AN).- «Una cosa es ser aliado estratégico en el desarrollo y otra cosa es no cumplir la ley», lanzó ayer el gobernador Jorge Sobisch al referirse a la sanción que la provincia le aplicó a la empresa Repsol YPF por un derrame de crudo en una área aledaña al volcán Auca Mahuida.

Sobisch negó que el gobierno haya cambiado de actitud con la firma española y no anduvo con medias tintas al referirse a la polémica que se generó en torno a la contaminación. El mandatario, quien ayer participó del acto de asunción de los nuevos concejales de esta esta ciudad, ante la consulta de «Río Negro» volvió a mencionar la otrora muy utilizada definición de alianzas estratégicas pero no lo ubicó en presente.

«Yo siempre dije que iban a ser aliados estratégicos pero que en esta provincia se cumple la ley y se cumple la Constitución y que la misma seguridad jurídica que existe para Repsol existe para la provincia, no cambié de actitud, porque a repsol les hice juicio, se lo gané… 30 millones de dólares. Y a todas las empresas petroleras que no cumplen les hacemos juicio, algunos los ganamos y a veces perdemos», fue elocuente el gobernador al hablar con este diario a la salida del edificio del Deliberante neuquino.

Hace unos días, el director general de la Unidad de Negocios Argentina Oeste de Repsol YPF, José María Moreno Villaluenga, habló sobre el caso y sin perder la cortesía desmintió los términos de la denuncia que el gobierno hizo en torno del derrame, que se produjo a principios de octubre. Moreno Villaluenga dijo, entre otras cosas, que el incidente se produjo fuera del área provincial protegida, que la empresa no contaminó ningún curso de agua y que la denuncia se hizo en tiempo y forma ante las autoridades ambientales.

Aunque la empresa y la provincia guardan las formas es un secreto a muchas voces que la relación entre la petrolera y Sobisch está muy lejos del escenario idílico que se planteó luego de la renovación de las concesiones de explotación. Y más allá de la valuación que haga del derrame quedó bien clara la preocupación del gobierno en hacer público este caso, al contrario de la postura que había adoptado con otros conflictos ambiental, tan o más graves que el de Auca Mahuida. En Repsol creen que en la buena relación que el presidente de la Nación Néstor Kirchner mantiene con el titular de la firma, Antonio Brufau, podría estar la razón del cambio de humor de Sobisch.

-¿A qué se debe este cambio de actitud? -Le preguntó ayer este diario.

-No cambié de actitud (…) siempre dije que iban a ser aliados estratégicos pero que en esta provincia se cumplen la ley y la Constitución.


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